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Omara Portuondo, perseguida por los fantasmas de Buena Vista

"Me siento muy halagada, respetada y querida porque la vida nos premió con ese proyecto tan lindo", dijo a Reuters minutos antes de un concierto en el Teatro Nacional de La Habana.

24 de Marzo de 2006 | 17:40 | Reuters
Omara Portuondo
La artista cubana en una imagen de su presentación de septiembre pasado en Santiago.
LA HABANA.- Omara Portuondo jura que los fantasmas de Compay Segundo, Ibrahím Ferrer y Rubén González la persiguen por los escenarios del mundo. Pero a los 75 años, la sobreviviente de Buena Vista Social Club continúa saboreando el éxito internacional del disco grabado hace una década junto a ellos bajo la batuta del guitarrista estadounidense Ry Cooder.

"Me siento muy halagada, respetada y querida porque la vida nos premió con ese proyecto tan lindo", dijo a Reuters minutos antes de un concierto en el Teatro Nacional de La Habana. "Al mismo tiempo, los extraño muchísimo. Ellos están siempre con nosotros. En cada escenario los recordamos", comentó.

Compay Segundo murió en el 2003 a los 95 años. Ese mismo año falleció González a los 84 y el 2005 se llevó para siempre a Ferrer, de 78. El último en abandonarla fue el sonero Pío Leyva, muerto el jueves a los 88 años en La Habana.

Sin embargo, sobre el escenario a oscuras del Teatro Nacional la espera una generación de músicos más jóvenes que ha tomado las riendas de Buena Vista Social Club como el contrabajista Orlando "Cachaíto" López, el trompetista Manuel "Guajiro" Mirabal y el trombonista Jesús "Aguaje" Ramos.

Al levantarse el telón entra primero su voz sensual. Segundos después Portuondo avanza por el escenario con paso indeciso y la mirada clavada en el piso para no tropezar con los cables. ¿La canción que abre el concierto? Un bolero: "Lo que me queda por vivir".

Una simple mulatica

En 54 años de carrera, Portuondo ha sido bautizada la "Novia del Feeling", la "Edith Piaf Cubana" y hasta la "Billie Holiday" del trópico. "Soy simplemente una mulatica cubana a quien desde niña siempre le gustó la música. Fue un regalo de la naturaleza", explica.

Portuondo nació en La Habana en 1930, hija de una señora de buena familia y un jugador negro de la selección cubana de béisbol. Su carrera artística comenzó en 1945 como bailarina del cabaret Tropicana. A partir de 1952 se transformó en una celebridad nacional con el cuarteto Las d’Aida junto a su hermana Haydeé, Elena Bourke y Moraima Secada. Cuando le preguntan qué le debe a Buena Vista Social Club, Portuondo deja bien claro que al cruzarse en 1996 con Cooder ella ya había grabado un montón de discos y hasta cantado junto con Nat King Cole.

A diferencia del cantante Ferrer que lustraba zapatos en La Habana o el pianista González que ni siquiera tenía un piano donde ensayar, Portuondo era una artista conocida en casa y en algunas partes de América Latina.

"Yo tuve el privilegio que otros del grupo no tenían. Me presentaba en muchas partes del mundo, participaba en muchos eventos", recuerda. Pero fue su versión del bolero "Veinte años" junto a Compay Segundo en Buena Vista Social Club la canción que le dio una dimensión internacional a su carrera.

"Tengo la posibilidad de que me reconozcan mucho en el mundo entero y eso se lo debo a Buena Vista. Hoy muchos me aplauden y saben que soy un símbolo de la música cubana", dijo en el camerino del Teatro Nacional.

El disco producido por Cooder vendió casi un millón de copias, ganó un Grammy y se transformó en un hito que "redescubrió" para el gran público la música tradicional cubana. Orlando Matos, un periodista especializado que ha seguido de cerca el fenómeno de Buena Vista Social Club, dice que el disco y el documental filmado del alemán Wim Wenders y nominado a un Oscar catapultaron a Portuondo.

"Omara no estaba olvidada ni relegada, pero el gran público internacional la conoció gracias a Buena Vista. Para el mundo Omara comienza a figurar como estrella a partir de ese disco", explicó.

Desde entonces grabó tres discos Buena Vista presents Omara Portuondo (2000), Dos gardenias (2001) y "Flor de amor" (2004). Además ha participado como invitada en una decena de discos.

"Omara es considerada en estos momentos diva internacional, una de las figuras más conspicuas de la música cubana", dijo Matos.

Fuerza para rato

Horas después del concierto en el Teatro Nacional de La Habana, Portuondo vuelve ha hacer las maletas para viajar a Austria y esta semana celebra los 10 años de Buena Vista Social Club con un par de conciertos en México.

"Estoy muy contenta y feliz de que todavía tengo fuerza para seguir", explica cambiándose al borde de escenario sus zapatillas de goma por unos zapatos de taco alto.

En su pasaporte están todavía frescos los sellos de entrada a Macao, Hong Kong, Shangai, Pekín, Singapur y Seúl de su gira a fines del 2005.

"Me siento embajadora de Cuba, lo digo con toda sinceridad. Cada artista representa, quiera o no, a su país. Eso es muy hermoso", dijo.

En los próximos meses Portuondo mantendrá el pie en el acelerador. En abril cantará en Colombia y México; en julio en Suiza, España, Italia y Gran Bretaña; en agosto en Alemania y Francia. En octubre, el mes de su 76 cumpleaños, estará en Hungría.

En cada concierto Portuondo canta religiosamente "Veinte años" y echa de menos a Compay.

"Cada vez que salíamos al escenario a cantarla pasaba por al lado mío y como sin querer deslizaba su mano por las ‘partes’ mías de la espalda", recuerda.

"Yo le decía ‘Compay, por favor, que ya me conoce bien la espalda’. Pero como era tan pícaro y teníamos al público delante no podía hacer nada", dijo.
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