PARÍS.- En el papel de "Doctor Zhivago" hace más de 40 años, se esperaba que Omar Sharif conquistara el corazón de las mujeres e hiciera historia en el cine como un hombre apuesto, exótico y seductor. Pero este actor de bigote y ojos negros como el carbón ha interpretado desde entonces todo tipo de personajes con una personalidad melancólica, extraña o un poco loca, desde el caballero inglés al maharajá de la India.
Salvo algunas excepciones, desde los años 70 no ha habido grandes apariciones de este astro egipcio que el próximo martes 10 de abril cumple 75 años.
Pese a ello, este actor famoso por sus romances, su estilo de vida dilapidador y su pasión por las mesas de juego, aúna el aprecio tanto de la prensa como del público.
Sharif nació en 1932 en Alejandría. Su padre, un rico comerciante de maderas, le dio el nombre de Maechel Shaloub. Se crió en El Cairo y ya desde niño mostró interés por la interpretación y el cine. Fundó un grupo de teatro y debutó en el cine en 1953 con la película egipcia "The Blazing Sun". Dos años después se casó con la famosa actriz Faten Hamama.
La fama internacional le llegó tras rodar más de 20 películas en Egipto, con el papel secundario de jeque en "Lawrence de Arabia" (1962), de David Lean. Este rol le valió la nominación al Oscar como mejor actor secundario y le proporcionó numerosas ofertas para seguir trabajando.
En 1966, a la vez que su trabajo como "Doctor Zhivago" lo encumbraba, se produjo la ruptura de su matrimonio. Su hijo Tarek interpreta en el film a su padre en edad infantil.
Luego siguieron "The Night of the Generals" (1967) y "Funny Girl" (1968), con la actriz judía Barbra Streisand como su compañera de reparto, habiéndose convertido él al islam.
Pero en los años 70 la estrella de este actor comenzó a declinar, entre otras cosas por algunas elecciones equivocadas a la hora de escoger sus papeles.
En 1973, su pasión por el juego lo llevó a convertirse en campeón mundial de bridge, pero también lo condujo al borde de la ruina. Sharif creó su propio equipo de bridge, que tuvo mucho éxito. Pero tan sólo hasta 1982 perdió en la ruleta al menos diez millones de dólares.
Entre los caprichos del ex astro de Hollywood se cuenta un reciente incidente en Los Angeles que le granjeó dos años de prisión en suspenso, por golpear a un "valet parking" porque su porsche no estaba listo cuando quiso marcharse del estacionamiento en compañía femenina.
Entre sus más recientes logros está en cambio la película "El señor Ibrahim y las flores del Corán", de 2003. En el film del francés Franois Dupeyron, el seductor ya entrado en años muestra de nuevo sus dotes como intérprete. Venecia lo premió con un León de Oro a su carrera cuando se presentó la cinta.
Aunque desde su divorcio es un "vagabundo" con residencias en Estados Unidos, Gran Bretaña, Egipto y Francia, Sharif dice encontrarse del todo bien sólo en El Cairo, "entre los amigos".