Linda Evangelista es la imagen de Prada.
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LONDRES.- Volvieron las supermodelos. Esa es la consigna más contundente del mundo de la moda al terminar este año, y se impone también como tendencia para el 2009.
De todas maneras no es que Claudia, Cindy y compañía se hubieran retirado definitivamente del glamour, sino que ahora vuelven a tener una presencia tan poderosa en marcas de moda y publicidades como la que gozaban a fines de la era de las modelos top, en los años 90.
Linda Evangelista es la imagen de Prada, Claudia Schiffer es la de Chanel y Dolce & Gabbana. Christy Turlington es la cara de Escada, Stella Tennant ilustra a Hennes & Mauritz, Kate Moss posa para Bulgari y Longchamp, Shalom Harlow publicita a Joop!. Y Cindy Crawford sonríe desde la tapa de la edición de diciembre de la revista "Elle", que con el título "El regreso de las auténticas mujeres", pauta el lema para el renacimiento de las divas de la pasarela.
Es que los modelos de referencia cambiaron: el ideal del momento es la independencia de mujeres autónomas, y eso también se refleja en las colecciones de indumentaria.
¿Qué comprar?
Ante la nueva temporada, muchos comerciantes se preguntan qué comprar. Por un lado se encuentran con el panorama invernal, donde la tendencia más fuerte es el "nuevo rigor": vestidos diurnos de sastrería perfecta en gris y negro, trajes pantalón arquitectónicos, un duro look de amazona al estilo Yves Saint Laurent y el revival de un encaje aparentemente anticuado promovido por Prada.
Pero es obvio que muchas de esas prendas se apilan hace tiempo en los guardarropas: las levitas y faldas lápiz así como los suéters de cachemir siempre tuvieron una impronta noble, pero no exactamente nueva.
Es muy dudoso que en la próxima temporada algo así atraiga a alguien, porque la crisis financiera y económica subraya el lado crítico de los clientes.
La moda tendrá que redefinirse. "Son sólo pocos los diseñadores que muestran exactamente las cosas que precisamos", dijo hace poco la jefa de moda de una gran tienda de departamentos a la revista de economía textil "TextilWirtschaft". Una colega agregó: "Tienen que ser vestidos fantásticos. Precisan sustancia e identidad".
Así es que la tendencia para la primavera es tener alguna prenda realmente única.
Diseñadores como Dries van Noten o Nicolas Ghesquire (Balenciaga) dieron ejemplos en los desfiles que adelantan la temporada primavera-verano 2009.
Sus diseños tienen una huella de identidad insoslayable. En el caso de Dries van Noten, es un look relajadamente elegante el que juega con dibujos de dameros. Ghesquire lo logró con vestidos cuyos materiales reflejaron la luz de una manera única.
También tienen buenas chances las creaciones de nuevos diseñadores que con una mirada fresca se deslindan de las pautas de estilo de las "máquinas de marcas" que establecen tendencias.
Por ejemplo, Kate y Laura Mulleavy, que para su etiqueta Rodarte inventaron vestidos espectaculares de tul de colores acuarelados y confeccionaron prendas refinadamente enlazadas con cintas. Gracias a su originalidad, el dúo ganó el Premio Swiss Textiles.
También se habla mucho de Bruno Pieters, a cargo de la línea HUGO de HUGO BOSS. Con el bagaje de Amberes, Pieters confiere un toque especial a sus prendas.
Otro de los "nuevos" con mirada propia es el español Miguel Adrover, que pese a sus idas y venidas hace unos meses mostró en Nueva York su primera colección -más artística- para Hess Natur.
