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Patagonia sin fronteras

Nació en la Argentina austral, vive en Buenos Aires, sus canciones acústicas han recibido buenos comentarios de figuras como Drexler y Johansen y esta semana debuta en Chile para saldar una deuda de niñez. "Escuché música chilena desde mi infancia y es una influencia hasta hoy", explica.

02 de Febrero de 2009 | 18:15 |

No ha estado en Chile, pero casi. El músico y cantante Lisandro Aristimuño, que pertenece a una nueva generación de autores argentinos y prepara su primera gira por nuestro país esta semana, vivió un año en la vecina Mendoza, en 1997. Y ya entonces tenía razones para atravesar la frontera.

Chile me llamó la atención, sobre todo por la música -dice, al teléfono desde su casa en Buenos Aires, antes de su recorrido que hará por cuatro ciudades chilenas (ver recuadro)-. Escuché música chilena desde mi infancia, quizás porque mi padre toca folclor y hubo mucho folclor chileno en mi casa.

-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo Violeta Parra, Inti-Illimani, Quilapayún, (Víctor) Jara. Todo eso fue una influencia que tomé hasta hoy. Siempre me atrajo la idea de ir a conocer la tierra donde nacieron estos músicos de mi infancia. Es como ir a mostrar la influencia que me dieron.

Cuando Lisandro Aristimuño se refiere a su casa de infancia está hablando de la Patagonia argentina, donde nació hace treinta años, en octubre de 1978, en la ciudad de Viedma, provincia de Río Negro, antes de establecerse en Buenos Aires en 2002 y de empezar a grabar discos dos años más tarde.

Desde entonces el cantante ha cultivado un repertorio de canciones acústicas entre instrumentos del folclor y bases electrónicas, que ha sido reconocido por cantautores consagrados como Jorge Drexler, Kevin Johansen o Fito Páez y que ha presentado además en Francia y España, país que ha visitado seis veces y donde ya grabó su próximo disco.

-Hay algo especial en conocer otro país, otra cultura sobre todo, y casi siempre intento por ejemplo llegar unos días antes para recorrer un poco las calles. Y siempre pongo la misma energía en todas partes, no cambia por el tipo de concierto que voy a dar -explica el cantante, que esta vez trae una puesta en escena como solista con guitarra-. Es un set que ya medio que armé, solo con máquinas. Y voy eligiendo las canciones en el momento. Uso una carpeta porque no me sé mis letras de memoria.

-¿No te las has aprendido, o ya no te las vas a aprender nunca?
-Ya es una costumbre: arranqué así, me quedó y no me la puedo sacar. Es como un machete, esos apuntes que se usan en la escuela, para copiar las fórmulas, no sé cómo llaman a eso allá.

-Torpedos. ¿Y en España cómo lo llaman?
-No tengo idea, nunca había contado esto.

-¿La música sí te la aprendes de memoria? ¿Por qué esa diferencia?
-No sé, debe ser porque soy un tipo con muy poca memoria, en todo sentido, de no acordarme de fechas de cumpleaños. Calculo que lo textual es lo que menos me queda. Quizás la música es más de adentro, del corazón, del alma. Pero para las letras tengo que usar mi parte por ahí mental.

El sentido correcto de la influencia


Tres discos tiene Aristimuño para mostrar en vivo, entre Azules turquesas (2004), Ese asunto de la ventana (2005) y 39º (2007).

-Ninguno existiría si no hubiera estado el otro. Mis discos son como tres hermanos, el más chico mira al más grande, van creciendo juntos, influenciándose entre sí. Me parece que el primero es el más importante, porque es el hermano mayor, el que vino de la Patagonia, el más valiente.

-Es al revés de la mayoría de los músicos, que encuentran que siempre el último disco les quedó mejor.
-Más que mejor, para mí cada uno tiene sus herramientos y sus poderes, como si fueran superhéroes.

-¿Cuáles poderes tiene cada uno?
-Azules turquesas calculo que sería el indígena patagónico con poderes naturales: hacer llover para regar la tierra. Ese asunto de la ventana sería un superhéroe más urbano, pero me parece que en este caso fue un poco vencido por la ciudad. ¿Viste el hermano del medio que nunca sabe para dónde ir? Éste no sabe qué poderes tener, si los de la naturaleza o los de la ciudad. Y 39º es el hombre de la ciudad ciudad, que se ríe del ruido.

-En una de esas canciones se escucha una quena, en todo caso.
-Intento usar muchos instrumentos andinos y folclóricos de mi país. En este momento estamos usando un bombo legüero, pezuñas, charango, ronroco, también cajones flamencos. No me considero un folclorista en el sentido de defensor de la patria y la bandera, eso me parece muy antiguo a esta altura de la vida. Sí soy un amante del folclor, me parece una música muy rica y tiene mucha identidad, es lo que más me atrae. Si voy a otro país lo primero que hago en vez de ir a comprarme un disco de Mars Volta es buscar uno de Violeta Parra, ahora que voy a Chile, o algo de flamenco cuando estuve en España.

-¿Cómo es la reacción del público español?
-Esta gira última (en 2007) fue muy buena. Las anteriores fueron más duras, de tocar en lugares donde la gente no te escucha, cosas que pasan en cualquier lugar al que vas por primera vez y que van a seguir ocurriendo toda la vida. Me gusta que sea autestionado, puro y sin vueltas, sin caretas.

-En España es muy popular Calamaro, por ejemplo. ¿No pasa que como eres argentino esperen a un Calamaro chico o algo así?
-No, pero sí pasan cosas raras como que conocen a Calamaro y no a Charly García, y no lo podía creer. Yo les decía que Calamaro empezó tocando teclados en un grupo de Charly García, o que el primer disco de Calamaro con Los Abuelos de la Nada lo produjo Charly García. Se están perdiendo algo.

Otro prócer del rock argentino está presente en 39º: es Luis Alberto Spinetta, cuya canción "No te busques ya en el umbral" fue recreada por Lisandro Aristimuño.

-¿Le habrá gustado la versión?
-No lo sé. Soy colega de uno de sus músicos (el pianista Claudio Cardone) y me dijo que (a Spinetta) le había encantado. Siempre me gustaron las versiones más distintas a las originales, ahí está en juego el sentido de hacer música. Es el sentido correcto de la palabra influencia: influenciar para poder hacer algo distinto. Spinetta, Charly, Fito (Páez) y Cerati son influencias claves.

-¿Y conoces a cantantes nuevos, como Coiffeur o Félix, que ya han venido a Chile?
-Ah, sí, Coiffeur es amigo mío. Hice un programa de radio en Argentina, sobre música independiente, que no se pone en las radios de Buenos Aires, y tuve la suerte de que venga Coiffeur a tocar. Lo que tenemos muy parecido es que hacemos canciones y se pueden tocar con una banda de ocho personas pero también con una guitarra.

-Y en Chile vas a tocar con Nano Stern. ¿Sabes algo del circuito nuevo que hay acá?
-La verdad es que mucho, me gusta investigar sobre eso. A Nano Stern lo conocí ahora, entré al MySpace y me pareció increíble. Después con Javier Barría también vamos a hacer un concierto juntos. Me gusta otro chico que se llama Fernando Milagros, y una banda que se llama Caramelitus. La idea es compartir con otros músicos, más con este set solo, que es un set muy zapado.

-Improvisado.
-Muy improvisado. En España tuve a muchos invitados españoles. Es todo lo contrario de lo que lograron las grandes compañías de disqueras, de competir por quién vendía más discos. No es una competencia musical. La idea e compartir, conocerse y aprender.

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