Festival de Jazz de Lebu: Los bopers soplan hacia el sur

Fueron doce meses de corrido con actuaciones dos veces por semana. En 2001, Agustín Moya y Sebastián Jordán aún no llegaban a los 20 años y estuvieron todo ese tiempo en el club El Perseguidor tocando unísonos en el quinteto del pianista Roberto Lecaros. “Fue nuestra primera gran escuela de combos hard bop”, dicen.

Por años se les vio con sus cabelleras rasuradas como tandem de tenor y trompeta a la vieja usanza de Blue Note, pero hoy, a los 28 años, ya lideran sus propios jazztets. Moya y Jordán llevarán al Festival de Lebu sus creaciones, que ya anuncian el lanzamiento de discos solista. 

Es la quinta versión de este encuentro que nació como gestión propia de un melómano lebulense llamado Fulvio Casanova y que tras desplazar al desaparecido Festival de Cachagua, hoy se encumbra como la segunda cita jazzística de importancia, después de Providencia.

Comenzó una noche en 2004, con 500 personas. Hoy tiene seis agrupaciones que tocarán este viernes y sábado, ante más de mil espectadores cada noche en el Parque Costanera, a orillas del río Leufú con entrada gratuita y notables ventoleras sureñas, además de jam sessions cada noche en el restorán Romago ($3.000).

Sin piano y con trompeta

El viernes tocan el quinteto del guitarrista Nicolás Vera que editó Bellavista (2007) y el cuarteto del trompetista Daniel Lencina, quien además será el anfitrión de los espectáculos. También sonará el Sebastián Jordán Trío, con Pablo Menares (contrabajo) y Félix Lecaros (batería).

“Sin piano y con trompeta. Es un formato sin antecedentes, pero la composición es la que trasciende al instrumento. Yo escribí historias ínfimas pensando en un contrabajo y en los tonos graves de la trompeta. Con la batería eso quedó genial”, dice Jordán.

El sábado canta Fabiola Moroni, reaparece en Chile después de su gira el cuarteto del bajista Christian Gálvez y cierra el Agustín Moya Quinteto, que se prepara para lanzar en abril el disco Infinito, que sucederá a su Doble viaje (2005), que el tenorista presentó ese mismo año con su cuarteto en el Festival Providencia Jazz.

“En 50 años el lenguaje del jazz no ha cambiado mayormente. Lo que le da la modernidad es la composición. Uno escribe música según lo que escucha en la cabeza y busca sidemen hasta encontrar ese sonido. Ahora tengo al grupo que necesitaba”, sentencia Moya.

www.jazzlebu.cl