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"Hijos del Crepúsculo": un viaje a lo más profundo del horror

Un olvidado proyecto nazi en África, previo al inicio del Holocausto, es el eje argumental de esta novela ucrónica.

25 de Febrero de 2009 | 12:17 | Alberto Rojas M. El Mercurio Online
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La Factoría de Ideas / Océano

Es probable que muchos conozcan a Madagascar sólo por ser la isla más grande frente a las costas africanas, con una superficie de 587.041 km2. O porque es uno de los mercados de canela más importantes del mundo. Sin embargo, esta república parlamentaria —independiente desde 1960—, hogar de los lemures y seis especies de baobabs, pudo haber pasado a la historia de manera distinta.

En 1938, Hitler ordenó a Adolf Eichmann recopilar toda la información posible sobre la isla. ¿La razón? El llamado “Plan Madagascar”, un proyecto relativamente ignorado por los historiadores, y cuyo objetivo era deportar a todos los judíos de Europa a esta isla, que en ese entonces todavía era colonia francesa.

El plan contemplaba que Alemania tomara el control de esta isla del océano Índico y reubicara a los 25.000 ciudadanos franceses que la habitaban, para luego trasladar a la fuerza a los judíos de Alemania y los países invadidos, quienes crearían una suerte de gobierno local bajo tutela militar germana.

Sin embargo, tras la invasión a la Unión Soviética (1941), el “Plan Madagascar” fue abandonado por el Tercer Reich, lo que llevó al régimen nazi a poner en movimiento los engranajes de otra opción mucho más aterradora: el Holocausto.

¿Pero qué habría ocurrido si el “Plan Madagascar” no hubiese sido descartado? Esa es la premisa de “Hijos del Crepúsculo” (La Factoría de Ideas / Océano), de Janet Berliner y George Guthridge, una novela oscura e inquietante, que se enmarca dentro de la corriente de las ucronías.

La trama gira en torno a Solomon, un prisionero judío que en la isla es visto por el resto de la comunidad como un líder nato; Erich, oficial nazi a cargo del traslado de los prisioneros y que mantiene una pugna de poder con otro uniformado, Otto Hempel; y Miriam, judía, esposa de Erich y antiguo amor de Solomon, que está a punto de dar a luz.

A la tensión entre los miembros de este triángulo —que se desarrolla durante las primeras semanas de estancia en la isla— se suman otros crueles mandos nazis y los hechiceros de una misteriosa tribu local.

“Hijos del Crepúsculo” (novela galardonada con el Premio Bram Stoker) es una extraña combinación de terror, política ficción y misticismo. Pero es bueno saber que en rigor se trata de la última entrega de una trilogía cuyas dos primeras partes —“Child of the Light” (1991) y “Child of the Journey” (1996)— lamentablemente no fueron traducidas al castellano. Y aunque “Hijos del Crepúsculo” se puede leer como una obra individual, la compleja relación entre sus protagonistas y ciertas referencias a sus vidas en Berlín, tienden a trabar un poco la narración.

Del mismo modo, la ilustración en la tapa del libro juega en contra de su original contenido, ya que no guarda ninguna relación con la trama o alguno de sus personajes.
A pesar de ello, “Hijos del Crepúsculo” cumple con ofrecer una profunda mirada a la crueldad humana, que persiste a lo largo de las décadas, muchas veces bajo otros nombres.

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