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Abanderada de la cumbia original

Después de su paso por la competencia folclórica del Festival de Viña, esta cantante colombiana presenta ahora en vivo y completo su variado repertorio de ritmos tradicionales de su país.

04 de Marzo de 2009 | 17:51 |

Ha estado dos veces en Chile, primero en 2007, cuando debutó en lo alto como ganadora de la competencia folclórica del Festival de Viña, y luego ahora, invitada a la reciente versión del certamen. En ambas ocasiones vino gracias a su canción "Me duele el alma", pero ya es hora de hacer el trabajo completo para la colombiana Diana Hernández, más conocida como María Mulata.

-Va a ser la primera presentación completa de María Mulata en Chile -dice la cantante y bailarina, que este jueves 5 inicia una gira de actuaciones en el escenario de La Maestra Vida, del capitalino Barrio Bellavista (ver recuadro). Allí mostrará la expedición que ha hecho por los diversos ritmos tradicionales de Colombia y que se escucha en su disco Los vestidos de la cumbia (2008).

La sola enumeración de esos ritmos ya parece tener música. Bullerengue, chalupa, fandango, champeta, currulao, calipso y chandé, cuyo nombre en Colombia también es garabato, son parte del repertorio de María Mulata y su conjunto, integrado por ocho músicos a cargo de guitarras, bajo, saxo y diversos instrumentos de percusión como tambora, maracón, llamador y alegre.

-La champeta es africana y se arraigó mucho en Cartagena, el bullerengue es uno de los cantos más tradicionales y dio origen a otros ritmos, y en general es música de todas partes de Colombia -explica María Mulata-. Del Caribe colombiano, de San Andrés y Providencia (dos islas en el mar Caribe), del Amazonas, que es una región influenciada por la música peruana, brasileña y colombiana. Y obviamente vamos a tocar cumbias.

-El nuevo disco se llama Los vestidos de la cumbia, de hecho. ¿Es el ritmo principal?
-Es el eje temático, pero vemos a Colombia como un todo, con su música en relación con las distintas culturas que ha tenido como influencia: gitana, africana, indígena, española. Y el nombre también es porque queremos abanderarnos de la cumbia. Independiente de que haya tomado fuerza en Chile, Argentina, México, es triste que en Colombia no haya una cantaora o un artista que represente la cumbia en el exterior, aparte de Los Gaiteros de San Jacinto, que es un conjunto con gaitas.

-¿Por qué pasa eso?
-La cumbia ya es una fusión, tenemos la parte indígena, la parte española en el baile, la parte africana en el aporte de los tambores, pero también se ha fusionado desde que las orquestas de baile de los años '60 y '70 la empezaron a difundir hacia fuera. Es una música que se extendió por toda Latinoamérica gracias a las orquestas y cada país se apropió del ritmo a su manera.

-¿La cumbia es más fuerte afuera que en la propia Colombia?
-Yo creo que sí. En este momento no hay una voz que sea la abanderada de la cumbia. Eso nos ha hecho querer hacer este disco, mostrar la cumbia que se hace en las riberas del Río Magdalena, incluso reivindicar la imagen de la cumbia colombiana, de tambores tradicionales.


El canto de la maría mulata


Más allá de esa galería de ritmos colombianos, hay dos que en particular pertenecen no al litoral del país, sino al interior. Son el bambuco y el pasillo, y son también la primera escuela de Diana Hernández, quien nació en el mismo interior, en los Andes colombianos: en un pueblo del departamento de Santander, cercano al límite con Venezuela.

-Empecé cantando bambucos y pasillos, una música que es más parecida a la chacarera, con cuerdas -distingue-. Antes la música colombiana era sólo la música del interior, pero a pesar de venir de ahí, yo siempre la vi como un todo, desde las tertulias que se hacían en mi casa. Mi papá conquistó a mi mamá a punta de vallenatos.

En 2005 la cantante inició una tarea de recopilación de canciones entre cultores tradicionales de bullerengue y otros ritmos. "Nunca antes había tenido un contacto directo con esas raíces", dice. "Entonces surge la idea de una investigación, que nos ha dado pautas para hacer nuestras propias composiciones"

-¿Es difícil esa investigación, te consideraban una afuerina?
-Sí, sobre todo porque piensan que uno va a hacer esa labor de manera irresponsable, que va a robarles la tradición o a traicionarlos. Pero fue un proceso a nivel social, histórico, viví con ellos, estuve inmersa tres meses en el Urabá, una de las regiones en las que más se ha conservado la música de ascendencia africana y además es una de las cunas del bullerengue.

Aparte de en Los vestidos de la cumbia, María Mulata ha grabado ese trabajo en el DVD en vivo Crónicas del Caribe (2007) y en su primer disco, El itinerario de tambores (2006), que define como "más antropológico" y que grabó con cuatro cultoras tradicionales. De una de ellas tuvo noticias durante el propio Festival de Viña, de hecho: se llama Eloísa Garcés y murió hace unos días, mientras María Mulata estaba en el escenario de la Quinta Vergara.

-Fue el primer día, a la misma hora en que estábamos actuando: a las nueve y media murió una de las cantaoras. Me causó bastante impresión -explica Diana Hernández, y algo tiene que ver en eso el nombre que escogió como seudónimo-. La maría mulata es un pájaro que vive en la costa del Caribe y que canta muy bien. Y tiene mucho sentido del gremio. Cuando le pasa algo a una maría mulata todas vienen a acompañarla. Esa fue la inspiración de hacer este trabajo, de juntar a las cantaoras tradicionales de Colombia.

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