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Santiago: Jueves 19 de junio del 2025 | Actualizado 12:31
SANTIAGO.- "Todas las obras de Juan Radrigán son muy buenas, pero tiene cuatro emblemáticas y dos que son completamente clásicas: Una es 'Las brutas' y la otra es 'Hechos consumados'. Con esas dos se instala como un dramaturgo fundamental en Chile", teoriza Alfredo Castro.
A partir de una invitación del Teatro Nacional, el director pudo hacerse cargo de la segunda en 1999, y este jueves, gracias a la calificación de "Obra Bicentenario" que le dio Santiago a Mil, traerá de vuelta a ese texto que, cuenta, le permitió por primera vez dirigir bajo la mirada del realismo.
"Yo había dedicado casi todo mi tiempo como director a obras de otra estructura, más fragmentarias, y ésta tiene una estructura más o menos realista. Volver a encontrarme con ella ha sido un agrado, algo bien fascinante. Yo quiero mucho a esta obra", dice.
El montaje vuelve siguiendo la base del que Castro dirigió hace once años, pero no es en ningún caso una réplica. De partida hay dos rostros nuevos, Rodrigo Pérez y Felipe Ponce, mientras se mantienen José Soza y Amparo Noguera.
"Hubo cosas que modificamos en profundidad. Con diez años que han pasado he leído la obra con mayor atención. Han pasado también diez años en la historia de Chile y, como dice Radrigán, nada mucho ha cambiado. Eso quiere decir que el tema es universal. Hemos ahondado sobre todo en los personajes que hacen Rodrigo Pérez y Felipe Ponce, y la obra ha ganado en profundidad, en humor, en ironía y en violencia", explica el director.
Esa universalidad que Castro menciona está dada, entre otros factores, por la marginalidad y la marginación que padecen los personajes, un cesante que salva a una mujer de morir en un arroyo, y que se instala con ella en un sitio baldío, donde son hostigados por un cuidador.
Estrenada por primera vez en 1981 y ya instalada en la memoria teatral del país, la obra ha sido acogida nuevamente con entusiasmo por parte del público, que tiene sus funciones prácticamente agotadas.
"Estamos asombrados, trajeron entradas el lunes e 'Historia de la sangre' (la otra obra que Castro dirige en Santiago a Mil) ya se agotó. La gente está bien furiosa, pero no hay nada que hacer", dice el director, en una queja que, por esta vez, tiene sabor dulce.
Las funciones de "Hechos consumados" se extenderán durante todo enero en el Teatro La Memoria.
Tan satisfecho como con "Hechos consumados" se encuentra Alfredo Castro con "Historia de la sangre", otro de sus montajes emblemáticos que vuelve en esta edición de Santiago a Mil. No sólo por su avasallador éxito en boleterías, sino también por lo que ha visto en escena, donde logró reunir íntegramente al elenco original —que integran, entre otros, Francisco Reyes, Amparo Noguera y Paulina Urrutia—.
"Son obras que no están datadas, no tienen fecha de vencimiento, entonces es muy lindo verlas de nuevo", dice Castro. En el montaje, los personajes cuentan historias basadas en relatos auténticos de autores de crímenes pasionales, en distintos momentos de la historia de Chile. "Son textos tan profundos. El texto de la Amparo, de la Rosa Faúndez, que es de 1913, lo puedes escuchar de una mujer que mató a su marido anoche. Es igual: el mismo lenguaje, las mismas razones. Es súper lindo y los actores están maravillosos".
El éxito ha dejado al director con ganas de alargar las funciones, que se extenderán sólo por siete días (25 al 31 de enero). "Voy a hablar con el elenco por si hay alguna posibilidad, porque está preciosa esa obra".
