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Joaquín Sabina promete sobriedad y corazón en su regreso a Sudamérica

El español se presentará esta noche en Buenos Aires y la próxima semana en Santiago, en conciertos sin grandes estridencias. "Sólo somos nosotros, que somos muy poquita cosa, pero trataremos de poner el corazón", dice.

19 de Enero de 2010 | 08:26 | EFE
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Sabina se multiplica: Tras trepar por la Argentina profunda, el español arribará a Chile, para presentarse la próxima semana en Santiago.

EFE

BUENOS AIRES.- El cantautor español Joaquín Sabina tiene una conexión especial con Sudamérica, donde progresivamente se ha transformado en una popular figura de culto, frutos que ha recogido en sus últimos pasos por el continente, con conciertos que se multiplican al ritmo de la demanda por verlo.

En ese terreno, sin dudas que su tierra prometida es Buenos Aires, donde el intérprete de "Y nos dieron las diez" volverá a presentarse esta noche en el estadio La Bombonera. El próximo martes 26, en tanto, será el turno de Chile, donde se presentará en el Espacio Riesco de Santiago.

Tras su arribo a la capital argentina, Sabina reconoció que le excita tocar en el mítico estadio del barrio de La Boca y que, aunque el concierto que va a dar allí será más sobrio que en otras ocasiones, tratará de poner el corazón, ya que se trata de una ciudad de la que se ha sentido siempre "un enamorado".

El andaluz, que se encuentra en Argentina para presentar su trabajo más reciente, Vinagre y Rosas, confesó en rueda de prensa que aunque lo que le "anda saliendo del corazón hace rato es tener una relación más íntima y más directa con el público", lo está pasando "tan bien" en esta gira que no sabe si finalmente será la última "de grandes escenarios", como había prometido.

Después de pasar por las ciudades de Trelew, en la Patagonia argentina, y de Junín, en la provincia de Buenos Aires, Sabina llegó a la capital argentina para ofrecer un concierto junto al grupo español Pereza, con los que compuso el primer sencillo de su disco, "Tiramisú de limón".

Para el concierto de hoy y del resto de su gira, Sabina prometió un espectáculo sobrio, despojado de grandes luminarias y otras estridencias. "Sólo somos nosotros, que somos muy poquita cosa, pero trataremos de poner el corazón", afirmó.

Igual no faltará un homenaje a todos aquellos colegas argentinos que han fallecido recientemente, como Sandro y Mercedes Sosa, y a amigos como el dibujante Roberto Fontanarrosa y el periodista y conductor Adolfo Castelo.

En este último disco, el cantautor hace referencia a su edad y al paso de los años, con los que está empezando a descubrir "el placer de desayunar o de dormir la siesta", y a ver que el día no está "tan mal".

Antes, cuando vivía de noche, "la vida era más al límite y más peligrosa, pero mucho más divertida, no sabía uno dónde iba a despertarse ni con quién", reconoció.

Para él, el mito de que los años aportan sabiduría no son más que "imbecilidades", ya que a sus 60 años únicamente se ve más viejo, "con muchísimos miedos a envejecer" y a morirse.

"Nostalgia no tengo, pero sí memoria. Ahora vengo a Buenos Aires y no puedo prenderle fuego ni salir por las noches", lamentó.

Para él, las "rosas" de Argentina son "su capital intelectual, moral, ciudadano, vital, poético, tanguero y lírico", mientras que el vinagre son "los malos gobiernos y la terrible corrupción, y un país que nunca acaba de levantarse porque otra vez lo joden".

"Ha sido siempre un disparate pero a mí siempre me ha gustado porque yo también soy muy disparatado. Yo sé que con el caos se sufre mucho, pero a mí me gusta esa mezcla de caos y, al mismo tiempo, de vitalidad, de alegría y de cultura, de esa clase media culta a la que están jodiendo y proletarizando todo el tiempo", denunció.

"Yo he sido siempre un enamorado (de Buenos Aires), no me hagan ponerle peros. La quiero tal y como es, tal como yo quiero que sea", añadió.

Al ser comparado con su amigo Charly García, Sabina aseguró que se le sobrevalora en relación al músico argentino, a la sombra de quien se siente "como una monja de clausura".

"No sólo en sus disparates vitales sino en su talento, no se nos puede comparar, ni se debe", concluyó.