BERLÍN.- Las ovaciones para Richard Gere y las lágrimas de Danny DeVito serán difíciles de olvidar para quienes asistieron a la entrega de la edición 45 de los premios Cámaras de Oro el sábado por la noche en Berlín.
"Dankeschn, Dankeschn, Dankeschn", agradeció Richard Gere en alemán al público, que lo aplaudió durante varios minutos.
El estadounidense de 60 años (cuya última película es "Amelia", sobre la legendaria piloto estadounidense que desapareció mientras sobrevolaba el océano Pacífico) y su colega alemana Diane Kruger ("Inglourious Basterds") fueron consagrados respectivamente como mejor actor y actriz internacionales.
El momento emotivo para Danny DeVito empezó cuando Michael Douglas apareció tras el telón, sorpresivamente, y se dispuso a dar el discurso de alabanza a su colega, que fue distinguido con la Camara de Oro a la trayectoria.
Douglas, que ya lleva ganados dos premios Oscar de la Academia de Hollywood, recordó en el panegírico de su colega sus tiempos hippies, en los que fue compañero de DeVitto en las escuelas de arte dramático de Nueva York.
"Mi hijo de nueve años dijo: ¿Danny DeVito? Pero si es el actor más grande de todos los tiempos", contó Douglas. Como mejor actriz de Alemania fue distinguida la ya sexagenaria Senta Berger, y el joven Matthias Schweighfer (de 29 años) como mejor actor.
Los premios Cámara de Oro están entre los más importantes del cine y la televisión en Alemania. Con ellos se distinguen diversos rubros, como mejor música o trayectoria, que en esta ocasión fue para la banda británica Simply Red, que tras 25 años de carrera y 10 álbumes se disuelve.
Como cierre del show, la banda organizada en torno a Mick Hucknall tocó algunos de sus grandes éxitos.El frío que reina en Alemania no afectó para nada el festivo ánimo de los concurrentes.
"En Nueva York hace todavía más frío. Acá en realidad hace hasta calor", bromeo Gere, que para decepción de sus fans estuvo acompañado de su mujer, Carey Lowell.
El pequeño grande DeVito envolvió su 1,52 metros en un smoking y no se mostró para nada impresionado por el frío. "Soy un oso polar", comentó bajo la copiosa nevada de la entrada.