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"Viene la nueva canción protesta"

Así vaticina este avezado cantante porteño, rockero en sus inicios, que este viernes toca en un encuentro de músicos de tres generaciones en el Teatro Municipal de Valparaíso. Y que está listo para grabar un nuevo disco, aunque todavía es pronto para saber cómo se llamará. "Ni que fuera guagua, que nos pongamos a discutir qué nombre ponerle", dice.

08 de Febrero de 2010 | 22:01 |

Una jornada de tres generaciones habrá este viernes en el Teatro Municipal de Valparaíso, como parte del festival de rock "Rockódromo 2010" que se extiende durante toda esta semana en el puerto. Es el concierto que compartirán ahí los músicos Payo Grondona, Andrés Godoy y Manuel García. García es trovador y rockero con un primer disco como solista grabado en 2005. Godoy trae experiencia como autor, productor y rockero desde los años '70. Y Grondona, rockero temprano y cantor cercano al movimiento de la Nueva Canción Chilena en los años '60, nació en 1945 en el cerro Playa Ancha. Y de hecho lo demuestra cuando recuerda qué había antes en el Teatro Municipal de Valparaíso.


-Se llamaba el cine Velarde -dice, por teléfono desde Con Con, donde vive ahora-. Pero yo iba poco al cine del plan (el centro de Valparaíso). Yo soy de Playa Ancha.


-¿Entonces ibas a ver películas en los cines de tu barrio?
-En Playa Ancha había dos cines. El Teatro Iris, que era teatro porque tenía hasta foso para orquesta, era todo de madera, ahí yo vi a Los Indios Tabajaras incluso. Y el cine Odeón, donde uno iba los sábado o domingo a la vermouth, o sea la película de las seis o siete, que era cuando uno ya estaba más grande. Ahí se hacía hombre. Pasar de la matinée a la vermouth ya era un paso grande. Los cines del plan eran el Metro, el Velarde y el Valparaíso, donde vi a Paul Anka, a comiezos de  los ’60. Y el Víctor: ahí vi a Bill Halley. Y a Los Chalchaleros, por supuesto.


-¿O sea que al Velarde no fuiste nunca?
-Es que el Verlarde era del Almendral, entonces me quedaba más lejos. Yo como cabro chico tenía permiso hasta la Plaza Victoria no más. Pero he cantado ahí varias veces. Es un teatro muy agradable, y bueno, es como los teatros antiguos, que tienen platea alta y galucha. Y a la galucha por supuesto se entra no por el frente, sino por otra calle, por donde mean los perros. Y también canté en el Iris y el Odeón, varias veces, hasta con el Gitano. Te estoy hablando hace muchos años.


No virar derecha


El gitano es Osvaldo Gitano Rodríguez, y en ese punto Gonzalo Payo Grondona está hablando de unos cuarenta y cinco años más o menos, remontado a los días en que inició su carrera como cantor en su natal Valparaíso, al lado de otro músico tan connotado del puerto como el citado Gitano Rodríguez.


-Claro, somos simultáneos y justamente por eso se van dando amigos comunes. Además que Playa Ancha eran las ochos manzanas de Playa Ancha en ese tiempo -explica.


De esos inicios datan dos características centrales en Payo Grondona: el sentido del humor en sus canciones, que nadie más tenía entre sus pares, y un banjo, que tampoco. Ya en 1966 había grabado la canción "La conversada", a dúo con Isabel Parra. Luego publicó los LP El Payo (1970) y El Payo vol. 2, también llamado Lo que son las cosas, ¿no? (1971), este último con la célebre foto de contraportada en el que posa con su sonriente bigote setentero frente a un letrero vial que anuncia No virar derecha.


En esos primeros discos se oyen canciones urbanas e irónicas como "El hombre normal", "El Sindicato de Esperadores de Micro", "Doña Lucha por la vida", "Me diste mal la dirección", "La Nelly y el Nelson" y la ternura infinita de "La brujita", además del éxito "Il Bosco", dedicado al bohemio restaurante santiaguino del mismo nombre existente en la época.


Como para todos los músicos comprometidos de su generación, el escenario sufrió un cambio violento con el golpe de Estado de 1973. Su disco Payo Grondona en serio (1973) quedó inédito en Chile y fue publicado luego en Uruguay, mientras Grondona partía al destierro en la República Democrática Alemana. En el exilio grabó nuevos discos, y regresó a Chile en 1983, donde además de sumarse al circuito de escenarios como el Café del Cerro o la Casona de San Isidro reanudó su producción con tres discos para el sello Alerce: Canto de nuevo (1984), Cultura de vida (1987) y Cuarentón (1992).


Ahí figuran versos de una nueva época, entre la nostalgia de "Cuando era guailón" y el descubrimiento de un Chile insospechado a ojos de un desexiliado que se oye en "La circunvalación Américo Vespucio", aparte de los "cancionemas" o canciones compuestas a partir de poemas de autores como Malú Urriola, Teresa Calderón, Mauricio Redolés, Eric Pohlhammer, Rodrigo Lira y Gonzalo Millán. Grondona puso además cuatro canciones en la película "Nemesio", de Cristián Lorca, con el rol de un chileno medio a cargo del actor Andrés del Bosque, el mismo que en la época acuñó la frase "Y yo ni me moví de mi escritorio" en un comercial de una financiera simplemente inolvidable. El comercial, no la financiera.


Los más recientes discos de Payo Grondona han sido Playa Ancha, 1945 (2001), el compilado Canciones y cancionemas (2002), con repertorio de sus tres discos entre 1984 y 1992, y Cancionero político (2006), otra recopilación de canciones de los años '70 que además permite al autor explica lo que entiende por cancionero. "Un zapatero hace zapatos. Un panadero hace pan. Un cancionero hace canciones", dice Payo Grondona.


Al rock sin darse cuenta


Este hombre ha sido asociado a menudo al movimiento de la Nueva Canción Chilena, pero siempre ha tenido un sello musical propio, menos latinoamericanusta y folclórico que el de sus compañeros. Grabó sus discos de los años '80 con el reconocible sonido de jazz fusión de Edgardo Riquelme (guitarra), Pablo Lecaros (bajo), Rolando Arancibia (teclados) y Alejandro Espinosa (batería) y con Jaime de Aguirre como productor. Más atrás, en su segundo LP tocan Hugo Arévalo en guitarrón y Gabriel Parra, baterista de Los Jaivas, en percusión. Y sus dos primeros discos cuentan con arreglos de los reconocidos orquestadores chilenos Toly Ramírez y de Sergio Arellano, entonces director del estupendo Combo Xingú.


-De hecho la canción "El hombre actual" tiene un órgano eléctrico bien colérico.
-Es que se van dando las coincidencias sin querer. Sergio Arellano toca ese órgano.

Entre esas afinidades, el mencionado Gitano Rodríguez grabó la canción "Ascensores", de Payo Grondona, así como los también porteños Tiemponuevo grabaron "Elevar la producción" y el Combo Xingú hizo lo propio con "La brujita". Y, remonotado más atrás, Payo Grondona es el hombre que escribió algunas de las canciones más recordadas del pionero grupo de rock Los Mac's a fines de los '60, como "Con F de fosa", "Dedos de arena" y sobre todo "La muerte de mi hermano", considerada como una piedra fundacional del rock chileno.


-Considerando esa historia, ¿te acomoda tocar en un festival que se llama "Rockódromo"?
-Bueno, el nombre me da lo mismo. Se puede llamar hipódromo, aeródromo... pero Rockódromo está bonito. El rock está muy ligado a Valparaíso. La historia es larga, desde la Nueva Ola hasta los rockeros más inauditos de hoy. Yo creo que es natural. Sacando la cuenta, está el festival de la cueca, el Festival del Huaso del Olmué, el festival de la tonada en la caleta, el festival del tango. O sea, todos los ritmos que se han introducido en Valparaíso. La música tropical era muy típica de las boites que había en mi tiempo.


-¿Cuáles?
-Estaba el Manila, el American Bar, la Taberna Capri.


-¿Los Siete Espejos o el Nunca se Supo también, o son de antes?
-En Los Siete Espejos había mucho bolero y cueca, y el Nunca Se Supo era un restorán de 24 horas, era como Il Bosco de Valparaíso. Ahí remataban todos los músicos de las boites. Incluyendo a un pariente mío que frabricaba panderos.


-Claro, los panderos Grondona, esos los tienen todos los cuequeros. ¿Pariente tuyo es?
-Claro, el guatón Grondona. Mario Grondona. Entonces la música tropical estaba en las boites y las cuecas estaban en las casas de putas y en las boites y todos esos músicos remataban en el Nunca Se Supo y otros en Las Cachás Grandes. Y frente a toda esa influencia cuando uno es chico es como papel secante. ¿Se usa papel secante todavía?


-¿Toalla nova tal vez?
-Pero el papel secante era mucho más bonito que la toalla nova. Y claro, en Playa Ancha uno iba se intercambia los long play de rock, escuchaba la radio y con toda esa cultura entre la radio y los conciertos tú vas conociendo a los rockeros, y entras al rock sin darte cuenta. Y al final uno termina haciendo rock sin querer queriendo.


El nicho es la tumba


-¿A tus amigos de la época les gustaba el rock, o se supone que alguna gente de izquierda recelaba un poco de esa música?
-Seguramente, pero no eran de mis círculos. Escuchábamos a Elvis Presley. Aunque yo a Elvis Presley lo fui a ver al cine, justamente al cine Metro, fui a ver "Love me tender" con una pololita, a la matiné un día domingo, o sea emperifollado, con gomina y todo, y ella también toda emperifollada. Pero a mí no me dejaron entrar. Y a ella sí. Claro, porque era para mayores de catorce, y los dos tendríamos doce o trece. Ella con moño y pintada pudo entrar, y a mí me dejaron sentado con las calugas en la Plaza Italia. Y desde entonces odio a Elvis Presley.


-No así a Bill Haley.
-No. Y la relación con el rock fue natural. Después coincidió que llegaron unos gringos del Cuerpo de Paz, estamos hablando del año '64 hasta el '67, para combatir la influencia de Cuba y apoyar la Revolución en Libertad, y estos gringos traían armónicas, banjo y hacían blues, canciones bien jipis, y ahí supe lo que era la marihuana, la olí -dice, y recuerda hasta los nombres de esos músicos: Dale Runge y Dave Faas-. Se hicieron buen amigos nuestros, tocaban en las peñas que teníamos en Viña. Y el banjo que tengo, y que lo estoy mirando ahora, es producto de esa amistad.


-Eso está anotado y firmado por ti en el primer long play. "Y el banjo se lo expropié a un gringo, a cuenta del cobre", o algo así.
-Es que eso era políticamente correcto. Pero es mentira. El gringo se tenía que ir, a continuar su tarea de espionaje cultural y todo lo demás, y nos juntamos en su despedida, y yo le llevé unos cachos de buey y le dije "Ya, te cambio los cachos por el banjo". Ésa es la verdad.


-¿Vas a tocar el banjo este viernes?
-No, porque ya no me sive para la canciones. Tiene que dar un paso al costado, como los políticos.


-¿Qué tienes pensado para el concierto?
-Yo voy a partir de un concepto de que el rockero es un tipo que está inquieto, que protesta con la sociedad, que se mete en las patas de las caballos, que cuenta historia, que aporta otras versiones. Más rockero que eso no sé po.


-¿Todo eso eres tú?
-Claro. Yo soy un rockero encubierto.


-Eso mismo decía en una entrevista el otro día David Mac-Iver, de Los Mac's. Que tú mismo pensabas que eras un cantautor o folclórico o algo así, pero que en realidad eras un rockero.
-Es que he pasado por tanto apellidos que ya me da lo mismo cuál: me han dicho folclorista urbano, cantautor, trovador, cantor de protesta, huevón pesado, desafinado, entonces rockero me da lo mismo. Ahora sale gente que trata de inventarse un adjetivo, ¿ves tú?. "No, yo soy músico cuchufleta". "Yo soy rockero poética". Como que inventan su nichos. Y dicho directamente, al inventar un nicho cavas tu tumba. Porque no puedes salir de ahí.


La bohemia no es lo que era


-¿Qué te parece este concierto del viernes con tres músicos de distintas generaciones?
-Estoy muy contento de cantar en estos encuentros, porque uno va conociendo a gente que en todo caso no te toma ni en bajada, porque son iguales a uno cuando era joven, se llevan el mundo por delante. "Ah, sí, este caballero, pero está muy viejo ya, además, mira, un guatón y pelado". Y uno les pregunta dos o tres cosas y se da cuenta de lo que están haciendo es gracias a la labor de gente como uno, desde la Nueva Canción en adelante.


-En esta versión del festival está lleno de cantantes solistas. ¿Cómo es tu contacto con ellos?
-Está bueno ese contacto. Uno trata de conversar. Yo conozco a casi todos lo que van a participar, por lo menos a los solistas, y de repente uno trata de que nos juntemos, a tener una instancia normal, de conversar, sin guitarreo, pero estos cabros no tienen esa bohemia ni matinal ni diurna ni nocturna. Parece que eso me llama la atención.


-¿Igual está la bohemia del carrete?
-Pero ése es carrete. La bohemia es otra cosa, es juntarse. Yo me junto con mi viejo amigo (Patricio) Manns a componer el mundo, no a hablar de uno, a hablar de las cosas que pasan, liibremente. Eso era la bohemia. La bohemia no era juntarse en el Nunca Se Supo a tomarso cuatro botellas, era una botella que duraba tres horas, comiendo pichanga caliente, que ahora se llama chorrillana. Pero estos rockeros ahora son... a lo mejor será porque a mí no me cotizan. Pero en general uno cuando es joven se lleva el mundo por delante. Después uno se ubica en su creación.


-¿Pero te sientes valorado por ellos?
-Sí, me siento reconocido y muchas gracias. Si tampoco nunca tan autoflagelante.

Varias canciones inéditas tiene reservadas Payo Grondona para su concierto, destinadas a un nuevo disco que anuncia para 2010. "Ya tengo listas las canciones. Ahora viene este disco y con eso cierro el boliche. Es que le tengo terror al público. Me pongo nervioso. Estoy en edad de jubilar. Hay que desamarrar los botes para irse a su lugar de tranquilidad. No quemar las naves, pero desamarrar los botes".


-¿Cómo se va a llamar el disco?
-No sé, eso siempre se pone al final. Ni que fuera guagua, que nos pongamos a discutir qué nombre ponerle.


-O sea Lo que son las cosas, ¿no? es un título que salió al final, por ejemplo.
-Sí. Y no sirvió de nada, porque la foto de la carátula decía no virar derecha, y todos lo llamaron así.


-¿Tienes pensado venir a tocar para el público santiaguino?
-No, porque nadie me invita. Pero si alguien quiere que vaya, voy.
Entre esas canciones inéditas Payo Grondona enumera algunas como "La Doris Day", dedicada precisamente a la actriz estadounidense Doris Day; "Primer quintil", dedicada a Valparaíso; "Viola", dedicada a Violeta Parra, y una llamada "Insoportables y sospechosos".


-¿Y ésa está dedicada a quién?
-Ésta está dedicada a la fauna que nos rodea. Al que le caiga el poncho, o el sueldo, o la dieta. Pero en todo caso creo que va a ser parte de la nueva canción protesta.


-¿Eso es lo que viene?
-Así parece. Viene la nueva canción protesta. Porque no creo que venga una democracia de los acordes. Nada de eso.

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