LONDRES.- Los adictos a la moda trataban de hacerse hoy en Londres con una pieza de ropa o un accesorio de Alexander McQueen, al día siguiente de la inesperada muerte del provocador diseñador inglés que deja huérfana a su marca en el comienzo de la temporada de desfiles.
Su aparente suicidio el jueves a los 40 años de edad conmocionó al mundo de la moda coincidiendo con la inauguración de la pasarela de Nueva York, primera de las cuatro citas en las que se presentarán las colecciones femeninas de pret-a-porter para el próximo otoño/invierno. Seguirán Londres, Milán y París, donde tenía que participar McQueen.
"Aportó un sentido único de audacia estética al escenario mundial de la moda", estimó la influyente redactora jefe de la edición estadounidense de Vogue, Anna Wintour, calificándolo de "uno de los mayores talentos de su generación".
En la capital británica, los colaboradores del diseñador estimaban que aún es pronto para pronunciarse sobre el futuro de la casa de modas que lleva su nombre, pero dijeron a la AFP que la presentación de París "no está anulada".
Según la prensa, McQueen, profundamente afectado por la muerte de su madre el pasado 2 de febrero, no había salido desde entonces de su casa, por lo que no había podido darle los últimos toques a la colección.
Según algunos medios británicos, para quienes el diseñador se colgó, el funeral de la madre debía celebrarse este viernes.
La empresa precisó que la prioridad actual era ocuparse del funeral del diseñador, que debería ser estrictamente privado.
Mientras tanto, las tiendas señalaban un aumento de las ventas de prendas y accesorios diseñador por McQueen. "Justo después de conocer la noticia, todo nuestro stock de McQueen empezó a desaparecer de las estanterías", dijo este viernes Kate Brindley, de la lujosa tienda londinense Liberty's.
"Al principio los artículos más populares eran sus característicos pañuelos estampados con calaveras", agregó. "Pero ahora hemos visto un aumento de las ventas de las prendas más serias como los vestidos o los trajes de chaqueta".
Los conocidos grandes almacenes Selfridges también dijeron haber notado un "aumento muy significativo e inmediato" de las ventas.
"Suponemos que los clientes van a querer comprar algo de él, cualquier cosa, para tener un recuerdo, pero también en homenaje a su arte", precisó Anne Pitcher, su directora de compras.
En el portal de internet Net-a-porter, un vestido de seda con estampados de reptil de la colección primavera-verano 2010, la última que presentó el diseñador, estaba agotado pese a su elevado precio: 2.975 euros (4.000 dólares).
McQueen, de origen humilde, se convirtió en uno de los más laureados diseñadores de moda británicos, junto a John Galliano, a quien sucedió en 1996 como director artístico de Givenchy, propiedad del líder mundial del lujo LVMH.
El grupo rindió este viernes tributo a la "inmensa sensibilidad" y "gran talento" de este diseñador, que durante su periodo francés se ganó los apodos de "enfant terrible" y "hooligan de la moda británica".
A finales del año 2000, McQueen fue seducido por el grupo Gucci, que le compró el 51% de su marca. La empresa, que obtuvo beneficios por primera vez en 2008, tiene ahora tiendas en todo el mundo.