En los casi dos años transcurridos entre el 31 de enero de 2008 y el 22 de noviembre último, o sea entre su primer disco y éste, varias cosas han pasado dentro y en el entorno del grupo chileno Los Mil Jinetes y quedan claras aquí. En cuanto al entorno, Ándate cabrita (2008), ese primer disco, fue también el primero de un incipiente sello llamado Cazador y fue estrenado en una edición en CDs que se agotó casi en el mismo concierto de lanzamiento. Reconoceronte (2009) aparece ahora cuando este sello ya supera la media docena de discos y en el mundo ya está declarada una multitud de discos gratuitos y descargables como éste.
Y al interior, Los Mil Jinetes siguen siendo el grupo que el cantante Cristóbal Briceño tiene junto a Cristóbal Zanetta en paralelo a la banda de rock Fother Muckers, pero sobre todo ha aumentado el peso de este dúo. Partiendo por el peso en megas: Ándate cabrita podía parecer un EP, pero los 123 MB que pesa un ejemplar de Reconoceronte en el disco duro del compu son definitivamente un disco de canciones de larga duración. Los Mil Jinetes mantienen esa inclinación original a tocar con instrumentos más o menos caseros, y aquí se oyen cascabeles, guitarras acústicas, un teclado no muy sofisticado y esos ritmos que vienen programados en esa misma clase de teclados, pero las canciones son más elaboradas como pasa con los buenos segundos discos de canciones.
Hay melodías ingenuas para tocar en xilófono, pulsos tranquilos, muchas nuevas melodías simplemente bonitas para cantar y buenos arreglos vocales. A veces es música triste como la de la radio AM de los años '70, en "No puedo dejarla pasar" o en "Luna de día", donde Briceño además canta una letra dramática de tú a tú a la luna. Pero al mismo tiempo la primera de estas letras dice algo tan serio como "Pido al tiempo y a las circunstancias / que por favor nunca me haga / tan adulto como para olvidar". Se nota que éste es el mismo compositor de Fother Muckers porque en las canciones de los dos grupos hay muchas palabras acentuadas en la última sílaba aunque no sean agudas, y porque sus frases a veces, como en "No puedo dejarla", no alcanzan a caber en un solo verso y están repartidas en dos o tres. Pero no siempre las letras se desbordan. En "Reconoceronte", la canción, es la música la contagiosa y la que da las ganas de bailar. Los Mil Jinetes sabían lo que era un hit ya en su primer disco, cuando hicieron una canción guitarreable como "No te olvides", y lo saben más ahora, cuando acaban de patentar el baile del reconoceronte.
—David Ponce