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Ritmo Havana

15 de Marzo de 2010 | 08:41 |
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El giro "latino" que en el último tiempo ha dado José Antonio Bravo a su producción musical es abierto y sin complejos. Ello no sólo queda reflejado en el relativamente reciente disco Colour (2009) sino también en su propio nombre: Después de instalarse en la escena con la chapa de Bitman (o, incluso, como DJ Bitman), decidió dejar esa denominación como apellido, anteponiéndole el inconfundible término "Latin".

Latin Bitman es entonces el nombre completo que hoy acompaña a Bravo, pero es también el concepto que engloba las ideas que en este tiempo lo circundan, y que no consisten en otra cosa que la siempre infalible mezcla de tradición y modernidad, encarnada aquí en la selección precisa de sabores latinos y beats (o, en este caso, "bits").

Pero en Ritmo Havana la fórmula —que había sido patentada en proyectos como Gonzalo Martínez y Señor Coconut— encuentra nuevas lecturas. Hay que ser justos: Lo que sobresale aquí no es la simple choreza de una ya manoseada mezcla técnica (es decir, un DJ reinterpretando fórmulas tropicales), sino una apuesta estilística original y propia. En la juguera de Latin Bitman, corrientes como la cumbia y la salsa se mezclan mucho más con el funk y el hip-hop que con la electrónica.

El resultado de semejante combinación no puede ser menos que irresistible, por mucho que en ocasiones parezca algo desequilibrado. Es el caso de la apertura con "Abre que voy", original de Los Van Van, y que aquí respira altas dosis de Caribe, acentuadas por el canto soul de Solo Di Medina. La versión enfrenta además la piedra de tope del primer track en una producción como ésta, y que es la idea de jingle que lo circunda (no olvidemos que es un disco promovido y amparado por una conocida marca de ron).

Pero esos factores quedan pronto atrás. "Candela", el segundo corte del disco, es una relectura de la canción de Buena Vista Social Club en claves funk agresivas y potentes, con el inconfundible canto y rapeo de Jimmy Fernández en el frente. El paso arrollador de este tema lo rematan otros como "Soltero en carnaval" y sus precisas cuotas de oscuridad, así como "Doña Mariquita" y su aire festivo. "El bodeguero" suena luminosa, pero puede deslucir tras la acertada versión que el mismo Bitman ya había hecho para Otra noche en el Cinzano (2007).

Como sea, el resultado no puede ser otra cosa que positivo: Ritmo Havana es un álbum encendido, sabroso y altamente contagioso. El problema es que esta clase de discos (digamos, promocionales) uno nunca sabe de dónde demonios obtenerlos, así es que rogamos al artista y a los productores que no lean la recomendación que daremos a continuación: Estimados lectores, péguenle un googlazo y descárguenlo. Verán que habrá valido la pena.

—Sebastián Cerda

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