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A-ha se despidió de Chile sin solemnidades

Aunque el entusiasmo no es el fuerte de los noruegos, sus éxitos románticos y pop sintetizado permitieron que la última vez en el país del trío por momentos se asemejara a una fiesta.

24 de Marzo de 2010 | 00:01 | Por Sebastián Cerda, Emol
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La frase ''Fuerza Chile'' apareció en la pantalla gigante mientras el trío se despedía de los asistentes.

Christián Zúñiga, El Mercurio
Comentario: En el momento justo

SANTIAGO.- No fue una algarabía de karaokes y bailes. Tampoco un lamento generalizado por la anunciada disolución. Pero a fin de cuentas de ese término medio que se ubica entre esos dos extremos es de lo que siempre se ha tratado A-ha, y esta noche volvieron a demostrarlo ante más de ocho mil personas en la Arena Movistar.

En su cuarta visita a Chile, el trío que lidera Morten Harket volvió a pasearse por su repertorio mayormente ochentero (en data y en sonido), para mover lo justo y necesario a un público entrado en la madurez, y que hoy los sigue sobre todo a través de las llamadas radios "para adultos".

La coherencia dicta entonces un paso calmo, pese al comienzo con la sintetizada "Bandstand" a las 21:20, con esos 20 minutos de retraso que ya parecen un odioso rigor en los conciertos internacionales.

A esa apertura siguió un segmento de tintes mucho más románticos, con temas como "Analogue" y "Forever not yours", extraídos de sus últimos y más desconocidos discos, al que luego se sumaron clasicos como "Early morning" y "Crying in the rain", aunque en una disminuida versión acústica (que fueron los únicos momentos en que verdaderamente se notó la presencia del guitarrista Paul Waaktaar-Savoy). El continuo sólo de vez en cuando fue "interrumpido" con piezas como "Living daylights" o "I've been living you".

De sonido pulcro, fuertemente arraigado en la batería y las programaciones de sus acompañantes, el show sólo tuvo como complemento visual a una gran pantalla de fondo, aunque del tamaño y la dinámica suficientes como para hacer todo el trabajo escénico que los lacónicos A-ha siempre se han reservado.

Pero el público respondió igual. Algo frío e inmóvil en los pasajes menos populares de su repertorio; o contestando entusiasta ante alguna alocución sorpresiva, como el lamento por el terremoto que hizo Morten Harket, y la aclaración de que "ésta es la última vez en Sudamérica, para siempre" del tecladista Magne Furuholmen.

Un auténtico coro en tanto, se desató en sus éxitos románticos, mientras que una verdadera discoteca se levantó ante canciones tan irresistibles como "Cry wolf".

El final llegaría exactamente a las 23:00 horas, sin la menor solemnidad de la despedida, sino con el ánimo en alto de temas como "The sun always shine on TV" y la ya imperecedera "Take on me", que Harket interpretó con su falsete incólume al paso de los años.

Lo cierto es que a partir de ahora no volverá a escucharse en un escenario chileno. O al menos ya no bajo ese nombre, ni esa formación.