CIUDAD DE PANAMÁ.- Meterse en la psique de los hombres, cambiar su mentalidad, defender la calidad literaria y apropiarse de cuotas de poder para difundir más sus obras, son ideas defendidas con pasión por escritoras latinoamericanas que celebran un encuentro en Panamá.
"Mucha gente no acepta que la mujer es capaz de meterse en la psique de un hombre para escribir como tal, he escrito dos novelas como si fuera hombre y sí se puede,” dijo a Efe la novelista panameña Rosa María Britton.
"Nosotras (las escritoras) conocemos a los hombres mejor que ellos mismos”, añadió Britton, autora de seis novelas, entre estas "El ataúd de uso” que ganó en 1982 el premio nacional de literatura Ricardo Miró.
Todos los territorios y temas están abiertos para las escritoras, "no están condenadas a escribir de amores perdidos,” según Britton, autora también de media docena de libros de cuentos, uno de estos, "Quién inventó el mambo,” premio nacional Ricardo Miró 1985.
La poeta y ex parlamentaria Gloria Young, principal organizadora del II Encuentro Interoceánico de Escritoras en Panamá, que empezó el miércoles con la participación de trece países, también dijo que el “sueño” y la “locura” de las mujeres es lograr la igualdad de oportunidades.
"Las mujeres somos tercas, no nos rendimos, tocamos puertas, estudiamos más y queremos influir a través de la palabra,” expresó Young, educadora y también actriz.
Al encuentro, que concluye mañana y está dedicado a la poeta panameña Esther María Osses (1914-1990), asisten escritoras de Argentina, Costa Rica, Colombia, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, Rusia y Uruguay.
Las escritoras reconocieron que son mejores tiempos para escribir y expresar sus pensamiento, pero igualmente admitieron que sigue siendo un problema publicar sus obras.
La presidenta de la Asociación Costarricense de Escritoras, Aravelli Salaverri, indicó a Efe que hay una “verdadera segregación" de las posibilidades de las mujeres para expresarse en publicaciones "que tradicionalmente son copadas por los hombres”.
Salavarri agregó que el hecho de que sea literatura femenina dificulta más su difusión, aunque, matizó: “no hago división entre literatura femenina y masculina, si se escribe bien es literatura”.
Cambiar esto es un reto, pero hay que pasar primero por una incorporación más activa del hombre en la estructura de la familia "para que así la mujer pueda tener, igual que el hombre, más oportunidades para la creación” literaria, destacó Salaverri.
Según la biógrafa cubana Josefina Toledo, en Cuba la creación literaria, su difusión y publicación, está más relacionada con la calidad de la escritura que a diferencias de género.
Toledo dijo que “si un libro, escrito por un hombre o una mujer, tiene calidad, se publica, en Cuba estamos acostumbrados a que sea la calidad la que incida, esa es la realidad.”
La novelista española María Teresa Gallego, autora de “Memoria entre el azul y el rojo” (1998), indicó que probablemente “hay una igualdad,” pero el problema es “si se tiene calidad o no al momento de escribir”.
La poeta puertorriqueña Nicolle Delgado expresó que el acceso al mercado editorial es de mucha importancia, pero está casi siempre "dominado por elites masculinas y masculinizantes”.