Sólo un ídolo había esta noche en la Arena Movistar, y se llamaba Marc Anthony. El que pudo haberle hecho algo de sombra, ni siquiera apareció.
Harold CastilloSANTIAGO.- Ya a la mitad del concierto que esta noche ofreció en Santiago el salsero Marc Anthony, el público presente gritaba "¡Américo, Américo!", en espera de que el nuevo ídolo de la música tropical en Chile subiera al escenario en cualquier momento.
No obstante, el puertorriqueño no sólo hizo oídos sordos a esas peticiones, sino que además faltó a su propio anuncio de tener al chileno en escena, ya que a las 23:45 el salsero se despidió, su banda dejó de tocar, las luces se encendieron y del ariqueño nada se supo.
Las señales daban clara cuenta de que el concierto había terminado, pero la mayor parte de los espectadores seguía firme en sus lugares, esperando que se concretara el principal anuncio que se había realizado en la previa al show de esta noche en la Arena Movistar, y que implicaría ver al chileno cantando a dúo el popular bolero "Hasta ayer", junto a su reconocido ídolo.
Cerca de las 23:30 horas, el intérprete de "Ahora quien" hizo su primera salida del escenario, por lo que la suposición generalizada era que a su regreso para el bis volvería en compañía del cantante local, para llevar a cabo uno de los momentos más esperados de la noche.
Tras la reaparición de Anthony, la expectación en el público se hizo aun mayor, cuando comenzaron a sonar precisamente los acordes del tema que debían interpretar juntos. El salsero empezó a cantar y Américo nunca irrumpía. Todas las esperanzas de que el chileno apareciera se desvanecieron cuando la orquesta dejó de tocar, el anfitrión preguntó a su orquesta "¿se puede una más?", y luego se dirigió al centro del escenario para seguir con el cierre de su espectáculo.
Ya era definitivo: Américo no saldría a escena, a cumplir con lo que él mismo había catalogado como "un sueño hecho realidad".
La confusión era evidente entre el público una vez que el salsero se retiró del escenario. Nadie sabía si seguir esperando o tomar sus cosas e irse. Y aunque el tiempo transcurrido inclinó la balanza hacia la segundo, problabemente nadie dirá que se fue insatisfecho. Mal que mal, la presentación de Américo sería sólo un "extra" en el show de un ídolo que nuevamente se llamaba Marc Anthony.
El puertorriqueño, por sexta vez en menos de dos años, volvió a dejar en clara esa condición en el escenario de Parque O'Higgins, donde hoy demostró que el fenómeno que estalló en Chile en 2008, aún goza de buena salud.