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El movimiento

12 de Abril de 2010 | 23:48 |
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El redescubrimiento joven de la música de raíz tiene mucho de intuitivo. Desde Gepe a Camila Moreno, más que una refundación de tonadas o ritmos nortinos, encontramos aproximaciones. Como si la investigación de las particulares estructuras e historia del folclor chileno se supliera con imaginación y modernidad pop. Incluso se podría hablar de cierta voluntad de encarar la tradición desde la vereda indie rock. Como decía el propio Gepe: "Yo ponía 'Angelita Huenumán' de Victor Jara y justo había estado escuchando a Low o Yo La Tengo y de alguna manera se conectaban (Rolling Stone, febrero 2006).

Matorral, la banda donde Cadenasso es vocalista, siempre estuvo despegada de esta tendencia. Sus discos eran tributarios de la Nueva Canción Chilena. Un movimiento que precisamente fusionó lo moderno (rock, pop internacional, instrumentos electrónicos) con un estudio formal de la tradición folclórica. No por nada su bajista, Gonzalo Planet contactó a los protagonistas del proceso y desempolvó grabaciones en la excelente historia del rock nacional Se oyen los pasos (2004).

Cadenasso llega con ese conocimiento de causa. El movimiento despliega una serie de recursos rítmicos, estructurales, vocales y de acordes anclados en las raíces de la música chilena. Y desde ahí empieza a construir canciones muy particulares y cargadas a lo acústico. Partiendo por "Convicción": guitarreada y críptica con el genial verso "más que el calor / prefiero el frío / para despertar". Esta técnica de rasgueo y pasajes que eluden los caminos convencionales, están presentes en todo el disco. Pero es cuando el tormento deja paso a la belleza cuando Cadenasso muestra sus mejores armas: "La araña" y "Carrusel". De las más conmovedoras obras que han aparecido en el rock chileno reciente. Lentas y acústicas. Donde más que sonar, fluyen.

También hay ciertos detalles en los arreglos de violines o el característico sonido de las "Brevenotas" de la Radio Bío Bío penquista en "El agua". Por supuesto que también hay influencias del rock, o más bien de ese country-folk cultivado en la segunda mitad de los '60 ("No nos extraña"). En resumen, El movimiento es una buena muestra de las posibilidades, asperezas y momentos sublimes que puede brindar una buena sumergida dentro de la música de raíz nacional, sin olvidar el punto de referencia desarrollado por el rock estadounidense cuando hizo lo mismo con su folclor.

—JC Ramírez Figueroa

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