SAN JUAN.- El grupo de jazz puertorriqueño The Jazz Blind Project, conformado seis no videntes, demuestra que con esfuerzo “el que quiere puede”. La agrupación, organizada por el profesor de música Raúl Berríos y el percusionista Ángel Cruz, también está integrada por los pianistas Orlando Hernández y Shalmarie Arroyo, el trombonista Héctor “Tito” Ramos, la bajista Irma Morales y la flautista Marlena Castro.
Cruz, de 50 años, quien perdió la vista completamente en 1988 debido a la retinitis pigmentosa, explicó que la idea de crear el grupo responde a que el jazz “representa un estilo en el que el músico tiene que interpretar lo que hay en su interior”. El percusionista también afirmó que los invidentes son personas que suelen inspiran con su ejemplo a otros para que logren lo que quieran en su vida.
Berríos, quien lleva en el jazz más de 30 años, resaltó el talento de los músicos ciegos, ya que algunos son autodidactas y otros son el resultado de aprender música a su manera o de tomar cursos.
Cruz, quien mencionó a los reconocidos músicos Giovanni Hidalgo, Ray Barreto y Mongo Santamaría como sus congueros favoritos, indicó que aprendió a tocar el tambor por el movimiento de sus manos sobre el cuero.
Asimismo, el pianista Orlando Hernández, quien perdió la vista a los tres años de edad por un tumor en la retina, dijo que “jamás en la vida” pensó que iba a tocar en un grupo de jazz, por lo que espera que la agrupación “pueda echar hacia adelante”.
Recordó que cuando empezó a tomar clases de piano, lo tocaba “de oído”, pero la maestra le enseñó a leer las notas bajo el sistema Braille. Hernández recomendó además que los maestros en Puerto Rico que se preparen profesionalmente para aceptar a cualquier estudiante ciego en su salón y que no se sientan desinformados por la condición que tenga el alumno.
Arroyo, de 16 años, quien se quedó ciega a los 13 debido a un accidente automovilístico, enfatizó que le “encanta” el grupo por ser “bien original”.
Castro, de 31 años y quien perdió la vista a los tres años de edad por una operación de estrabismo, dijo que la oportunidad de estar en el grupo ha sido una forma de “aprendizaje” tras estar varios años en una tuna, donde la mayoría de los instrumentos son de cuerda.
Morales, de igual forma, quien nació invidente, resaltó que el grupo se siente bien unido por lo que están haciendo por la población a las que representan. Ramos, quien perdió la vista por un desprendimiento de retina, dijo que decidió tocar el trombón “por el sonido” que tiene y se fue educando de “oído” al escuchar a otros reconocidos trombonistas como Glen Miller, Tommy Dorsey y Urbie Green.