Conde Vrolok hizo llorar hasta los vampiros más malos en su despedida de la TV

SANTIAGO.- Se prometía un sangriento final anoche en el último capítulo de "Conde Vrolok". Pero más que muertes y litros de sangre inundando la pantalla de TVN, los fieles seguidores de la serie nocturna fueron testigos de un desenlace marcado por el llanterío de vampiros y seres humanos.

El capítulo final -que de tanto estirarlo parecía grabado en cámara lenta- retomó la pelea entre Vrolok (Álvaro Rudolphy) y Lucio (Bastián Bodenhöfer). Cuando el calvo chupasangre trataba de seducir a la fuerza a Emilia (Francisca Lewin), el amor de Vrolok, éste apareció en el momento justo montado a caballo para enfrentarlo. Y no venía solo: lo acompañaban los pobladores de Santa Bárbara dispuestos a exterminar a los soldados de Lucio.

Vrolok pudo así rescatar a Emilia de su enemigo, mientras le gritaba que huyera del lugar con la hija de ambos. Ya concentrado en Lucio, le enterró una estaca por la espalda en un momento de descuido.

Pero no fue lo suficientemente rápido, puesto que uno de los soldados locos dio caza a Emilia, la cual, descontrolada por el miedo, cayó a un barranco con su bebé en brazos. Las dos murieron.  

Vrolok quedó destrozado por la pena. Pudo exterminar a su enemigo y liberar a los pobladores de Santa Bárbara, pero no podía seguir viviendo sin Emilia y su hija. Cual héroe trágico, optó por el suicidio. Se enterró una estaca en el corazón, proceso en el que fue asistido por una desconsolada Montserrat (Luz Valdivieso): ella le dio el último empujón a la estaca.

Tras una sucesión de muertes, los pobladores de Santa Bárbara que no fueron mordidos huyeron del pueblo maldito dejando tras de sí a todos los vampiros. Sólo se quedó Elisa (Paulette Séve), acompañando a Tadeo (Sebastián Layseca), uno de los pocos chupasangres buenos de la teleserie.

Muerto Vrolok, ahora no queda más que esperar que parta luego el Mundial.