Lady Antebellum es un trío rock-pop influenciado por el country y con deseos de comerse al mundo, incluido Chile. Una proeza que ya había logrado Sheryl Crow y Shania Twain (Dixie Chics fue un fenómeno norteamericano solamente). Pero a diferencia de ellas, en lugar de cierta pose a lo Keith Richards o la caricatura norteamericana costumbrista, respectivamente, acá hay ciertos destellos que lo emparentan con una tradición que desde la renovación hecha por Bruce Springsteen no ha dejado de influir en la música popular contemporánea, desde Andrés Calamaro a Calexico.
Más allá de la balada matadora "Need you know" y sus aires a James Blunt (o Coldplay) acá hay un puñado de canciones country-rock que deberían esquivar -o vencer- los requerimientos del mainstream. Como "When you got a good thing" con un intenso final dominado por una sufriente Fender Telecaster. O "Stars tonight", una canción para manejar por las carreteras americanas con unas excelentes guitarras, citas a los "chicos que se parecen a Sprinstreen" y ese tipo de estribillos que dominan las radios country de ese país. O los juegos armónicos de "Ready to love again".
Pero en verdad más que desgranar los buenos momentos del disco sería bueno reconocer que, a pesar de la vocación pop de las canciones hay un componente de la música de raíz estadounidense -también llamada americana- que se inmiscuye en cara arreglo, riff o armonía vocal. Es ese tono, del Estados Unidos profundo -el grupo es de Nashville- el que termina dominando el álbum. La pregunta que surge es, ¿Chile logrará en algun momento consolidar su folclore como influencia en las canciones que suenan en la radio o son hits en YouTube?
—JC Ramírez Figueroa