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"Vamos a tener que tocar para adultos"

Generaciones completas han aprendido desde chicas a escuchar música desde chicos con ellas. Y como cada año, este fin de semana Mazapán se disponen a tocar para el Día del Niño. Pero como nunca antes, en 2010 están celebrando sus primeros treinta años de vida. "Tenemos ganas de hacer un gran recital, que la gente mande sus preferencias y tocar las diez o quince canciones más votadas", dicen.

06 de Agosto de 2010 | 20:33 |

Como pasa cada segundo domingo de agosto, este fin de semana corresponde en Chile la celebración del Día del Niño, fecha alusiva a la Declaración de los Derechos del Niño consagrada ya en 1959 por la ONU. Y es una fecha conocida para Mazapán, un grupo que va a conmemorar recorriendo unos mil 600 kilómetros en 48 horas para tocar en tres ciudades entre el sábado y el domingo (ver recuadro) y que aparte tiene otra efeméride propia que celebrar: los treinta años que están cumpliendo en 2010.

Fue justo en 1980 cuando este grupo de profesoras y músicas publicó su primera grabación, Cuento y canciones infantiles, y desde entonces María de la Luz Lulú Curcuera, Victoria Carvallo, Michelle Salazar, Verónica Prieto, Cecilia Álamos y su directora Carmen Lavanchy tienen a su haber dieciséis discos entre esos inicios y títulos más recientes como Tía Mirlí (1995) y Mr. Pugh (2000), además de ediciones en libros y DVDs, las temporadas del programa de televisión "Masamigos" que tuvieron en los años '80 y la agenda de actuaciones que mantienen hasta hoy.

-¿Va a ser un fin de semana especial, o todo el tiempo es el Día del Niño para ustedes?
-Es excepcional porque te llama más gente para tocar, pero como estamos celebrando treinta años queremos actuar lo más posible durante todo el año -dice Cecilia Álamos, fundadora del grupo como todas sus compañeras. Mazapán ya empezó a festejar desde mayo con actuaciones, la más reciente de las cuales fue la que el pasado domingo 1 de agosto en el capitalino Centro Cultural Amanda terminó en polémica por la cantidad de público que no consiguió entrar y por el carácter poco infantil del centro de eventos y bar elegido para el concierto.


Pero además el grupo ha puesto en movimiento su discografía con motivo del cumpleaños. Al reciente compilado en inglés Sing and play (2009) con que sorprendieron el año pasado, Mazapán acaban de sumar las reediciones de su compilado Antología (1990) y de tres de sus discos originales, grabados temprano en su carrera, entre 1981 y 1988. "Es un momento súper especial, porque se pasan muy rápido los años", dice Cecilia. "Nunca pensamos que íbamos a durar tantos años, de partida. Nunca pensamos que íbamos a trascender. Y de repente ver que llevamos treinta años cantando es impresionante".


Y al final sacamos la alfombra mágica


Este viernes el grupo inicia su fin de semana con una actuación en el Teatro Municipal de Temuco, donde presentarán el espectáculo para Mazapán y ballet infantil que estrenaron en el Teatro Municipal de Santiago en 2004. Al día siguiente volarán a Viña del Mar, para tocar en el Casino de Viña a la hora del almuerzo, donde esta vez la función girará en torno a su canción "Salí a pasear en...", y luego a Santiago presentarán el mismo espectáculo en el centro comercial Mall Plaza La Florida. Doblete, a lo banda de rock.

-Sí, va a ser agotador -se prepara Cecilia.

-¿Son dos espectáculos distintos?
-El primero es un viaje que hacemos por Chile a través de esta cordillera que nos acompaña de norte a sur por todo el país. Y el otro es un programa que también se basa en la idea de un viaje: es la Tía Mirlí (protagonista del disco del mismo nombre) que llega a Chile y la llevamos a recorrer el país. Entonces vamos viajando en diferentes medios de trasportes: en auto, en tren, en bote, dependiendo de dónde vamos yendo. Y al final cuando ya no hay más medios de transporte sacamos la alfombra mágica que hacíamos en el programa de televisión, que también les encanta a los papás. Bueno, les trae recuerdos de su infancia. Y ahí todos dicen con nosotros las palabras mágicas y nos vamos en la alfombra.

-¿En esos momentos hasta disfrutan los padres más que los hijos?
-Fíjate que es bien curioso: disfrutan tanto niños como adultos. Lo rico de los papás es que van con la disposición de darse el permiso, por así decirlo, de ser niños. No es como cuando llevas a los niños a un lugar donde tú vas a estar muerto de lata y sólo ellos lo van a estar pasando bien. En los recitales del Mazapán pasa eso: los papás van a pasarlo bien también.


Grandes éxitos: el mal de la vaquita loca


El repertorio de canciones también cambia entre uno y otro montaje, explica Cecilia Álamos, salvo algunas elegidas que no pueden faltar, como el hit máximo "Una cuncuna", de Lulú Corcuera, más conocido como "La cuncuna amarilla" (del disco Cuento y canciones infantiles, de 1980), "Me llamo Macarena" (de ¡¡Vengo a convidarte!!, 1983), "Amaneciendo" (de La nave espacial, 1987) o "Che che kolé" (de Tía Mirlí, 1995).

En la obra de Mazapán y ballet hay canciones como el trote "Limón de Pica", "El cactus" y "Chapecao de Segundo", todas ellas de De norte a sur (1988), además de "El fantasma" (de 1983) o el juego "Corre corre la huaraca" (de 1995). "Ese juego es un poco más denso, porque no es cantado, es hablado, y no lo habíamos hecho nunca en un recital antes de los del Municipal. Y como hay un ballet no vamos a jugar mucho con el público. El que vamos a hacer en Santiago sí es ciento por ciento participativo, como son la mayoría de los recitales nuestros".

-¿Tiene algo de especial para el grupo tomar esas canciones que no tocan muy a menudo y cantarlas?
-Exacto. Para nosotros es rico, porque yo por lo menos parece que soy la más neurótica y me empiezo a aburrir, pu oye -se ríe-. O sea qué lata tocar siempre las mismas cuestiones. Vamos tratando de cambiar. Por ejemplo en el Amanda algunos niños decían "Ay, no tocaron 'La vaquita loca'" (otro hit máximo, de Carmen Lavanchy, grabado en el disco Cuento y canciones infantiles, de 1980).

-¿Ah, y no la tocaron?
-No, hicimos otras cosas.

-¿Ahí prima su inquietud de artistas? ¿Más que el cariño del público?
-Es que siempre va a haber distintos gustos en el público, nunca vamos a poder dejar contentos a todos.

-¿Y un niño no va a quedar con secuelas porque un día fue a ver a Mazapán y no le tocaron la vaquita loca?
-Ojalá que no. Pero tenemos ganas de hacer a fin de año un gran recital abierto a todo público, gratuito, y que la gente mande sus preferencias y elegir las diez o quice más votadas. Que sería lo más justo. Porque siempre va a haber algunas que no vamos a cantar. Uno quería que tocáramos "El conejo Pedro" ("Pedro el conejo", uno de los cuatro cuentos musicalizados del disco Érase una vez, de 1991), imagínate: o sea, ya tendríamos que  hacer el cuento completo.

-Los niños son fans de ciertas canciones. En eso son iguales a los adultos.
-Sí. Hoy dos o tres personas me dijeron que sus niños son fanáticos de "Andrés, el pez" (otra melódía de ¡¡Vengo a convidarte!!, 1983), ¿ubicai esa canción? -pregunta Cecilia y canta-: "Yo me llamo Andrés /Y soy un pez..." Que es preciosa, pero no diría yo que es la canción que más le podría gustar a un niño.

-Esa canción tiene citas a otras canciones de Mazapán. Es una metacanción.
-Claro, es un pescado que esta súper picado porque nunca le han hecho canciones. Le cantan a todo el mundo menos a él.


De gavota a bossa nova


Con tres de sus primeros discos empezó este grupo las reediciones de su discografía. Se trata de A la ronda... (1981), el citado ¡¡Vengo a convidarte!! (1983), más conocido por el fantasma blanco de la carátula, y De norte a sur (1988), con repertorio de inspiración folclórica.

-¿Por qué eligieron esos?
-En la página en Internet siempre nos preguntan cuándo vamos a sacar estos. Porque son los más conocidos por la gente, desde la época de la televisión. En  A la ronda... ya estábamos en el programa, era emocionante porque estábamos partiendo, estaba toda esa ilusión. En el primero todas las canciones son de la Carmen (Lavanchy, la directora), porque las había hecho en la época de la universidad. En cambio aquí ya hay otras compositoras.

En el primero de esos discos hay canciones como "Danza" y "La abejita", que pertenecen a Verónica Prieto; "Taco y punta", de Michelle Salazar, y la "Mazamorra del poroto coscorrón", de Carmen Lavanchy. Y en siguiente la mayoría es de Salazar, como "Vengo a convidarte", "Andrés, el pez" o "¡Ay! Martín". "Entonces es muy bueno, porque empezaron a aparecer las personalidades propias".

-Además en ese disco hay una gavota, una mazamorra, una refalosa. ¿Entonces se abren a otros tipos de música?
-Exactamente, yo creo que ahí se empezó a gestar la idea que hemos mantenido siempre de tratar de abrir el horizonte auditivo a los niños, con cosas más en estilos. Tocar una gavota, para que los niños la reconocieran el día de mañana cuando fueran adultos. Mis hijas tenían como cinco años, fue una amiga de ellas a la casa, estábamos escuchando la radio Beethoven y estaba sonando una música renacentista. Y una niñita dijo "Ah, eso suena igual al Rey Guillermo" (la canción "El rey Guillermo", del disco La nave espacial, de 1987). Sentí que de alguna manera habíamos logrado ese objetivo. El otro día un periodista que me entrevistó me dijo "Yo supe lo que era una bossa nova a raíz de 'El zoológico del Brasil'" (una canción del mismo disco).

-¿Qué cambios han venido notando con cada disco nuevo?
-Donde más cambios ha habido es con los dos últimos, Tía Mirlí y Mr. Pugh, que ya de frentón es como para adultos y mucha gente nos ha criticado que es un poco serio. Ahora, a mí me encanta, pero en realidad es menos oreja para los niños que los otros, si tú quieres.

Lo único que faltaba: Mazapán en el bar

En vivo Mazapán son sólo cinco integrantes, todas salvo Carmen Lavanchy, que desde mediados de los '80 dirige sobre todo al grupo desde fuera del escenario. Y todas cantan y se hacen cargo de sus instrumentos: Lulú Corcuera en teclados, Michelle Salazar en viola da gamba y flauta dulce, Verónica Prieto en flautas traversa y dulce, Cecilia Álamo en flauta dulce y percusión y Victoria Carvallo en diversos instrumentos de cuerda, entre guitarra, requinto, charango, mandolina, cuatro y balalaika.

-Todo eso lo toca ella. Y es seca -destaca Cecilia-. Nosotros le decimos Deditos de Plata.

Y en el escenario no sólo está el despliegue de instrumentos. Cada una está también caracterizada, de modo que el reparto de Mazapán en vivo consiste en Michelle Salazar como Tía Mirlí, Verónica Prieto como La Señora Mercedes, Cecilia Álamos como Segundo, Victoria Carvallo como Miguelito y Lulú Corcuera como Lulú Corcuera.

-La Lulú es la única que es Lulú, fíjate. Es la única que no cambia.

-¿Esa puesta en escena también ha venido cambiando con el tiempo?
-Sí, algo que ha cambiado en estos treinta años es que partimos bien acartonadas, sentadas detrás de unos atriles con una partitura, como en un concierto serio. No digo que esto no sea serio, pero creo que la televisión nos ayudó mucho a soltarnos y ahora hay bastante más humor.

Así fue el espectáculo que montaron en la citada actuación en el escenario de Amanda el domingo pasado. "La polémica", sonríe Cecilia.

-¿Al final estuvo bueno lo Amanda para ustedes?
-Estuvo súper bueno el concierto. Nosotros no tuvimos idea (de los problemas de organización) hasta que terminamos. De hecho a la salida nos desayunamos con lo que había pasado. Fue una tontera nuestra porque deberíamos haber visto antes el lugar, pero somos tan pajaronas que no cachamos. En el lugar había una barra de bar así de punta a punta. Está claro que ninguna de nosotras había ido al Amanda. Pero bueno, fue una metida de pata que gracias a Dios no pasó a mayores.

-Por lo menos ahora pueden decir que Mazapán ha tocado hasta en un bar. Eso no habían hecho nunca en estos treinta años, ¿o sí?
-Bueno, nunca -se ríe-. Vamos a tener que tocar para adultos, eso sí, en un bar. Ese sería un lugar ideal para tocar a gente de la edad de ustedes.

-Espectáculo para adultos de Mazapán, suena muy bien.
-Sí, ya en otra onda, sin niños, con las canciones más trabajadas, más complicadas, y que vayan a escuchar.

-¿Cuáles canciones, por ejemplo?
-El "Ornitocracio", por ejemplo (de su disco La nave espacial, 1987), que lo hemos hecho bien pocas veces porque es como  heavy, no es para niños.

-O "Una penita", del disco del 2000.
-Claro, ésa tiene una sonoridad que es un cuarteto de cuerdas. Es que la Carmen (Lavanchy) es seca para los arreglos. Pucha que es buena la Carmen. El arreglo es lo que hace a la canción, y eso creo que ha sido también un poco la razón del éxito nuestro, de haber durado tanto tiempo: la parte sonora. Eso ha permanecido.