La selección chilena sub 30 del tango. Alevare estará en la temporada de música latinoamericana en Isidora Zegers. Participa por una de las 15 entradas dobles.
Sitio oficialSANTIAGO.- Cargadas a la cultura popular y a los ritmos folclóricos del continente vienen las próximas semanas de conciertos en la Sala Isidora Zegers. Este viernes 27 de agosto se inicia un ciclo especial en esa importante sala de conciertos de cámara con el tango del conjunto Alevare.
La serie de presentaciones sigue el 3 de septiembre con el cantautor y trovador Mauricio Gutiérrez y su conjunto, quien está presentando en vivo su más reciente disco, Última estación, editado en 2009 por un reactivado sello Dicap. En Emol regalamos tres entradas dobles para cada fecha del ciclo.
El viernes 10 será el turno del trío de maestros de la guitarra compuesto por Juan Antonio Sánchez, Antonio Restucci y Emilio García, mientras que el miércoles 15 se presenta la Orquesta Tocornal y su repertorio de cuecas, cumbias y boleros. El ciclo se cierra el viernes 24 de septiembre Ambrosía y con su mezcla de humor y folclor latinoamericano.
Todos los conciertos parten a las 19:30 horas y las entradas tienen un valor de $3.000 para público general y $1.500 para estudiantes. Las entradas se adquieren en la misma Sala Isidora Zegers, que está ubicada en Compañía 1264, Santiago Centro.
Alevare: mucho tango, caleta de tango
En mayo de 2009 y ante un teatro repleto en Matucana 100 lanzaron su primer disco, titulado Caleta de tango, cerrando así la primera etapa de una carrera que habían iniciado en 2006 con el objetivo de practicar tango en Chile. Con Francisco Núñez en el piano y la dirección del conjunto, Jaime Flores, Tania Donoso y Eric Romero en los violines, Sebastián Espinoza en el contrabajo, Pablo Moraga en la voz, Pablo Silva en el violonchelo, Fabián Esparza en viola y Cristóbal González en clarinete, Alevare se ha transformado en poco tiempo en uno de los conjuntos actuales del tango de nuestro país.
Mauricio Gutiérrez: la vieja trova renovada
El cantautor comenzó a tocar guitarra popular folclórica a muy temprana edad, estimulado por su madre. Así absorbió el repertorio de la Nueva Canción Chilena y la trova cubana y empezó a esbozar sus primeras creaciones como trovador. Todo eso lo complementa con sus estudios de guitarra clásica en la Facultad de Artes y de composición en la Escuela Moderna. El resultado está en Última estación, con once canciones alimentadas por la trova y el folclor y reforzadas por su formación docta.
Sánchez, Restucci y García: tres maestros
Son exponentes de la guitarra nacional que brillan con sus propias luces. Por separado tienen dicografías amplias y en conjunto representan una molécula de música de cuerdas latinoamericanas. Los tres llegan al encuentro desde la guitarra fusión cruzando la música docta con la popular, el jazz, el folclor y la electricidad del rock.
Orquesta Tocornal: que comience la fiesta
Originalmente los miembros de la Orquesta Tocornal se hacían llamar Los Agujas y su repertorio estaba completamente centrado en la cueca urbana. Así fue como en 2007 se agruparon tres estudiantes del Conservatorio de Música de la Universidad de Chile, Pablo Moraga (voz), Andrés Pinto (guitarra) y Francisco Muñoz (piano), quienes reclutaron a otros músicos de la misma escuela cuya versatilidad instrumental y hambre musical les permitiera moverse entre el mundo docto y el popular. El primer y único disco de Los Agujas data de 2008 y se tituló Río Bueno está en mi cueca. En ese momento deciden ampliar su repertorio a tangos, boleros, valses y cumbias y cambiarse definitivamente el nombre a Orquesta Tocornal.
Ambrosía: humor subcontinental
A mediados de la década de 1980 un grupo de amigos de Estación Central decidieron reunirse en torno al humor y al folclor latinoamericano. Fue así que nació el grupo Ambrosía, el que a poco andar incorporó elementos sonoros del jazz e instrumentos como saxofón, flauta traversa y bajo eléctrico a la interpretación de clásicos latinoamericanos. Después de dos décadas de trabajo editaron el disco Ambrosía 20 años, al que le siguió El lenguaje del chileno (2009).