Con el Philip Glass Ensemble y a solas con el piano. Serán las dos modalidades con que el significativo músicos contemporáneo Philip Glass practicará una panorámica de sus más de cuarenta años de carrera, con tres conciertos este fin de semana en el Teatro Municipal de Santiago. A sus 73 años, el suyo es un vasto repertorio que incluye desde ópera, música para danza, conciertos y suites hasta bandas sonoras de Hollywood, de todo lo cual habrá una muestra a su paso por Chile.
Siete integrantes dan forma al Ensemble sobre el escenario, incluido el propio Glass, a cargo de un programa que va a contener desde piezas de obras tempranas como "Music in 12 parts" (1971-1974) hasta trabajos recientes como "Low symphony" (1993). "Va a ser música de alto nivel", anuncia, aunque de inmediato asoma su natural modestia. "Soy sólo el tercer tecladista (del Ensemble). No practico mucho, prefiero dedicar mis horas de práctica para el piano. No me sentiría cómodo sin haber traído a mi grupo".
Autor de piezas como las óperas "Einstein on the beach" (1976) y "Akhnaten" (1983) y la obra conceptual "The photographer", así como de partituras como las de "The Truman show", "Mishima", "Las horas", "Kundun", "Koyaanisqatsi", "The fog of war" y "Notes of a scandal", por las que ha sido nominado en tres ocasiones al premio Oscar, Glass hizo también una revisión por diversos temas en su encuentro con la prensa a su llegada a Chile.
Sobre sus colaboraciones, en especial con Ravi Shankar. "En la actualidad tiene noventa años, y la semana pasada conversé con él. Fue una influencia tremenda, me abrió a la música del mundo. Lo conocí en París y me transformé en su asistente (…). La colaboración con otros músicos ha sido muy importante para mí. La cultura musical de Bali, de África, de Latinoamérica, la música nativa, son maravillosas. Nos permiten entrar en un mundo global impresionante".
Sobre sus inicios en la música para escena. "Me hice una pregunta muy simple: ¿quién escucharía mi música? Estaba en (el conservatorio de) Juilliard, en Nueva York, que no tenía departamento de teatro, pero había compañías alrededor. Había bailarines en la escuela, y les pregunté si necesitaban música. Me dijeron que sí. No me pagaban mucho. Incluso perdía dinero, porque tenía que costear la grabación".
Sobre su producción en la ópera. "En la ópera hay canto, hay texto, hay imágenes e interpretación. Es como la tierra, aire, fuego y agua. Texto, movimiento, imagen y música. Cuando trabaj en una ópera estoy manejando todos esos elementos, y me interesa la narrativa no lineal que tiene (…). No puedo contarlas, es como olvidar el nombre de un hijo. Especialmente cuando tienes una familia de veintitrés hijos. Creo que he escrito esa cantidad de óperas".
Sobre la música actual en relación a otras artes. "Me llama la atenció cómo la música avanza más lento que otras disciplínas. En las artes visuales cada veinte años aparecer una generación nueva. (Los nuevos compositores) "no ven la historia de la música como un desarrollo lineal, son capaces de abrirse al jazz, a la música popular, a la música del mundo, o música global. Eso no ocurría antes en las universidades".
Sobre su vocación musical. "No tomé la opción de transformarme en profesor. Me convertí en un intérprete para actuar frente a un público, no frente a estudiantes. Quería ganarme la vida tocando frente al público y no frente a los alumnos".
El Philip Glass Ensemble está conformado por el propio Michael Riesman (dirección musical y teclados), Mick Rossi y el propio Philip Glass (teclados), Lisa Bielawa (voz y teclados), David Crowell (saxos soprano, alto y tenor), Jon Gibson (flauta y saxo soprano) y Andrew Sterman (flauta piccolo y clarinete alto). En Chile se les unirán Carlos Vera y Yaroslav Isaev, de la Orquesta Filarmónica de Santiago, como percusionistas invitados.