La primera vez de Cueto en la Feria del Libro de Santiago fue hace 15 años. A la 30ª edición regresa como una de las visitas internacionales más relevantes.
EFESANTIAGO.- Se acaba de bajar del avión para subirse a un vehículo, desde cuyo asiento recién se aclimata a la atmósfera santiaguina. Un viaje terminó, pero hay otro en el que Alonso Cueto sigue embarcado, esté en Chile, en Perú o en cualquier lugar del mundo.
Ese viaje se llama "La venganza del silencio" (Planeta), la novela que el destacado escritor —considerado el narrador peruano vivo más relevante tras Mario Vargas Llosa— presentará hoy en la Feria del Libro.
"La primera vez que vine fue hace 15 años y desde entonces he venido muchas veces", dice Cueto sobre sus experiencias en el evento de Estación Mapocho. "Siempre he tenido una gran opinión de la Feria de Santiago, porque es un lugar en que me impresiona que la gente que ofrece los libros los ha leído. Y, luego, siempre hay algo de acogedor en una estación de trenes, que en cierto sentido ha conservado ese espíritu de lugar de reunión, de encuentro. Uno viene a recibir, a despedir, a viajar, y la literatura es todo eso también", agrega.
Y es en la sala Joaquín Edwards Bello de ese espacio ("donde uno se va de viaje o espera a gente") que a las 20:00 horas de hoy se realizará la presentación de la novela, a cargo de Arturo Fontaine.
Allí Cueto ahondará en este relato que "mezcla el drama familiar, el drama psicológico, con la novela policial", hasta llegar a un curioso concepto: "Es como policial-doméstico", define.
"La venganza del silencio" narra la historia de un hombre (Antonio) que descubre un secreto amoroso de su tío que termina por atormentarlo, hasta que este familiar, por el que siempre ha sentido gran cariño, aparece muerto de un tiro. "La novela se convierte entonces en un viaje de búsqueda, de investigación, sobre la vda del tío y sobre su asesino", explica el escritor.
"Siempre me ha interesado mucho el tema de las familias. Pienso que ellas establecen pactos entre sus miembros, de confianza, de unión, de vínculos. El que pertenece a una familia de algún modo pertenece a una secta, se aparta de la sociedad, establece un vínculo y cambia su personalidad. Por su naturaleza, dentro de la secta hay una serie de secretos y omisiones. Todas las familias tienen una caja de pandora que esconde lo que no debe ser conocido, que no debe ser visto, y me interesa cómo en algunos casos esta caja se abre y se produce la confrontación directa con el mal", fundamenta el autor.
La familia, en este caso, pertenece al segmento aristócrata de la alta sociedad peruana, que es el gran universo al que Cueto siempre ha mostrado gratitud por proveerlo de historias.
"La peruana es una de las pocas sociedades en el mundo que ha integrado tradiciones de todas las razas, de muchas etnias, y entonces tiene un nivel de pugnas en su interior que son endémicas, relacionadas con las diferencias culturales. Vivir en esa sociedad es un privilegio, porque los conflictos son la materia prima de un escritor", explica.
"Si escribiéramos una novela sobre una sociedad armónica sería muy aburrida. Desgraciadamente, lo que es terrible para una sociedad puede ser bueno para un escritor", concluye Cueto, esta vez dando cuenta de su propia pugna.