HUELVA.- La película nacional
"La vida de los peces",
precandidata chilena para los Oscar y también a los Goya del cine hispano, se vio hoy por primera vez en España en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.
"Siento que es mi mejor película, totalmente honesta y verdadera, me he dejado la piel en ella y eso se nota. No le cambiaría nada y estoy muy orgulloso de mi trabajo", contó el cineasta chileno Matías Bize en entrevista con dpa.
Y es que este joven director de 30 años con una importante trayectoria a sus espaldas ("Sábado", "En la cama", "Lo bueno de llorar") pone mucho de sí mismo en sus películas.
"No podría trabajar en temas que no me interesaran, busco películas que me representen, que sean historias totalmente personales, si no, no podría hacerlas. El tema de una relación no cerrada era un tema del que me interesaba hablar, un tema muy universal y potente". Tanto, que puede hacer tambalear una vida entera.
La cinta, una coproducción chileno francesa, cuenta la historia de Andrés,
interpretado por Santiago Cabrera ("Héroes", "Che") que lleva viviendo una década en Alemania pero regresa a Chile para cerrar su pasado antes de asentarse definitivamente en Berlín. Pero en la fiesta de cumpleaños de uno de sus amigos se reencuentra con un antiguo amor, interpretado por Blanca Lewin ("En la cama"), lo que le hará enfrentarse a un pasado no cerrado.
La historia se desarrolla en el espacio cerrado de una fiesta, habitado por un grupo de personas, lo que determina la metáfora con el acuario y da sentido al nombre de la película. "El acuario es un elemento estético que está en la fiesta, pero acaba convirtiéndose en metáfora", señala Bize.
Y es precisamente ese espacio cerrado que permite la concentración en el reencuentro, eliminando lo accesorio, lo que propicia la intensidad de sentimientos, apoyada también por los movimientos de cámara y sobre todo, por la música, de la mano del hermano del director Diego Fontecilla. "Trabajamos de forma paralela en el guión y la música, hay una génesis entre ambos". Además, la música le sirvió en el rodaje para crear estados de ánimo, explicó Bize.
Pero "La vida de los peces" es básicamente una película de diálogos (escritos por Bize junto con Julio Rojas) que impregnan un realismo muy fuerte para que el espectador se sienta también dentro de esa fiesta, considera el director. "Más que dar una respuesta me interesaba lanzar una pregunta que permanezca en el espectador desencadenando una reflexión y una evaluación de su propia vida. Es así como se completa la película", considera Bize.
El cineasta se siente muy afortunado de poder vivir de las películas que hace, algo difícil en el momento actual. Pero lo mejor, añade, es que "puedo filmar las películas que yo quiero, que me interesa contar".
En general, considera, el cine chileno está en muy buen momento, hay muchos directores jóvenes salidos de la universidad que ha posibilitado un nuevo auge gracias también a que nos hemos dado cuenta de lo importante que es apoyar al cine. "Ojalá que no se trate sólo de un boom pasajero y que se mantenga", afirmó.
La cinta se estrenó en Chile el pasado mes de junio, con una gran acogida. Pero el paso por el festival de Venecia fue fundamental, donde cosechó un importante éxito de prensa y público. Ahora, la muestra en Huelva supone el estreno en España, donde está buscando distribución.
Y mientras, sigue pendiente del desarrollo de acontecimientos de cara a los Goya y a los Oscar. Aunque Bize está convencido de que "los premios no son siempre representativos de la calidad".