Por su ilustre dedo índice es que se reconoce a Ricardos Lagos en ''Presidentes de Chile. ¿Cómo se llamaba?''.
Confín EdicionesSANTIAGO.- Aquí no hay líneas de tiempo. No hay cuadros de síntesis. No hay decálogos de principios ni resumen de obras. Simplemente un nombre, un dibujo y un hito "pop".
Con esa fórmula el libro "Presidentes de Chile. ¿Cómo se llamaba?" (Confín Ediciones, $13.000) ofrece al público infantil un repaso a todos los mandatarios que ha tenido Chile en su historia, uno por uno, desde 1817 hasta 2010.
Así, el elemento de recordación no tiene por qué ser la fundación de algo o la promulgación de alguna ley, sino cualquier característica que los autores Paola Irazábal y Claudio Rolle hayan considerado como distintiva de un presidente.
En el caso de Bernardo O'Higgins (1817-1823) la característica elegida es una tan simple como sus gruesas patillas (que "marcan un estilo"). En tanto, su sucesor, Ramón Freire (1823-1826), es recordado por un hito histórico, como es la abolición de la esclavitud.
Entre esas dos opciones continúa el recorrido hasta nuestros días, con Sebastián Piñera consignado como el mandatario que debió asumir tras el feroz terremoto del 27 de febrero, Michelle Bachelet como la primera mujer presidenta, y Ricardo Lagos por (adivine) su famoso dedo.
Cada página se completa con un nombre, un período, un hito y un dibujo, por lo que se promueve una lectura tipo "hojeo", que puede durar menos de cinco minutos para el libro entero y que puede reiterarse cuantas veces se quiera.
Y aunque su función didáctica se cumple plenamente, no deja de resultar algo disonante que un mandatario como Salvador Allende sea recordado por sus gruesos anteojos, mientras que de Augusto Pinochet se destaca la construcción de la Carretera Austral, omitiendo las más evidentes características de ambos.
Sin embargo, la "falta" puede aceptarse en el contexto de un libro para niños y en extremo introductorio, y más aun cuando se "repara" al final, con párrafos descriptivos para quien quiera saber algo más que el hito, y en los que se reconoce la polarización en que desembocó la vía chilena al socialismo, y al gobierno de Pinochet como un régimen autoritario en que se violaron los derechos humanos.