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Beijing no da su brazo a torcer en caso de Ai Weiwei

El gobierno chino dice no tener miedo de la mala imagen que proyecta en el mundo por la detención del artista, hecho que ha desencadenado protestas globales.

26 de Abril de 2011 | 11:47 | EFE
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Protestas en todo el mundo se han levantado en las últimas semanas para pedir la libertad de Ai Weiwei.

AFP

BEIJING.- El gobierno chino aseguró hoy que no tiene miedo de la mala imagen que da al mundo, transcurridas tres semanas de la detención del artista disidente Ai Weiwei, sin mediar la detención formal que la ley local exige, y que según Beijing está siendo investigado por supuestos delitos económicos.

"No tenemos miedo de esos comentarios", respondió el portavoz de turno del ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hong Lei, al ser preguntado en rueda de prensa por la imagen de su país tras las protestas que se están registrando ante las embajadas chinas en varios países, por la liberación del diseñador de 53 años.

La semana pasada, la galería Neugerriemschneider de Berlín anunció que celebrará a partir del 29 de abril una exposición con obras Ai, en protesta por su detención el 3 de abril en Beijing, cuando se disponía a tomar un vuelo con destino a Hong Kong.

Tanto en la ex colonia británica como en capitales de todo el mundo los defensores del artista conceptual chino más famoso en el extranjero han colocado sillas vacías frente a las embajadas chinas en Berlín, Nueva York, Estocolmo, Londres, París, Viena, Moscú o Madrid, imitando una obra del creador y exigiendo su liberación.

La de Ai es la detención de mayor repercusión desde que el régimen reforzó en febrero su represión política, a raíz de llamadas anónimas a emular las revoluciones árabes, que ha ocasionado la detención de decenas de activistas, abogados de derechos humanos, artista s e intelectuales en el país asiático.

"Creo que China ha demostrado que su espíritu es el de un Estado de Derecho", prosiguió el funcionario Hong, a pesar de que la familia no ha recibido noticias oficiales del artista , en vulneración de la ley china.

Por este motivo, la primera ministra australiana, Julia Gillard, de visita en Beijing, interrogó hoy a su homólogo chino, Wen Jiabao, acerca del retroceso de la segunda potencia económica en materia de derechos humanos, algo que el "premier" chino, supuestamente defensor de la libertad de expresión, negó.

"No permitiremos que ningún país interfiera en los asuntos internos de China bajo el pretexto de los derechos humanos", prosiguió el portavoz Hong en rueda de prensa, al referirse al diálogo que sobre esa materia mantendrá con funcionarios de EE.UU. en Beijing el miércoles y el jueves de esta semana.

Aunque el Buró de Seguridad Pública (PSB) de Beijing, responsable de la detención del disidente, sigue sin facilitar información de su situación, el portavoz Hong Lei pidió a las organizaciones internacionales "que esperen el resultado de la investigación" que supuestamente se lleva a cabo.

Los familiares del artista señalaron a Efe que su detención es política, y no por motivos económicos, ya que su oposición al régimen de Beijing es abierta y conocida por todos. Su hermana mayor, Gao Ge, agradeció la presión de los dignatarios extranjeros en sus visitas a China para pedir la liberación de Ai.

Además de Ai, el PSB mantiene detenidos al chófer, a la contable, a uno de los diseñadores de su estudio y a su amigo, el periodista Wen Tao.

Países como EE.UU., Francia, Alemania, Australia o Japón han pedido explicaciones a Beijing, mientras otros guardan silencio a la espera de que China les ayude a salir de la crisis.

En los últimos meses la policía china detuvo por lo menos a 41 disidentes, de un total de 200 que han sufrido acoso, amenazas, interrogatorios y arrestos "blandos"; algunos de ellos permanecen desaparecidos, como el abogado Teng Biao o el activista Liu Dejun.

La campaña de represión se inició en octubre, con la concesión del Premio Nobel de la Paz al preso político e intelectual Liu Xiaobo, lo que desencadenó una serie de arrestos domiciliarios ilegales, como el de su propia esposa, Liu Xia, que todavía no puede abandonar su domicilio en Beijing.

Grupos de derechos humanos temen que Ai Weiwei esté siendo forzado a confesar delitos no cometidos mediante tortura, ya que existen en China precedentes como el del ecologista Wu Lihong, el abogado Xu Zhiyong o el periodista Zhao Yan, también acusados de supuestos crímenes económicos.

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