Verde y celeste

Este disco marca una notoria evolución para una cantante que ya había publicado dos discos bajo el seudónimo de Amarantha. Si bien su matriz electrónica sigue presente, la raíz folclórica terminó imponiéndose en las composiciones. Canciones acústicas pero con bases y arreglos que la potencian, además de la típica modulación criollista -sin pronunciar las "eses", por ejemplo- a la manera de Gepe.

Su transición de un pop profesionalizado y con banda de apoyo hacia la economía de recursos le juega a favor. Es difícil no reconocer el valor de la "traducción" de tonadas y melodías de raíz a un contexto de canción pop luminosa y contemporánea. Y esto no sólo incluye a las más evidentes como "Del árbol del amaranto" sino también a piezas como la balada "Enséñame" o los acordes de "14 segundos".

Verde y celeste es interesante porque no evita las formalidades de la canción popular o del folclor chileno. Pero a partir de aquellas reglas implícitas de notas, ritmos o escalas comienza a aventurarse a sorpresivos arreglos electrónicos, coros en armonía o patrones de batería como en "Fuerza naturaleza". Otro punto alto es el cuidado con el sonido, porque por muy "despojado" que sea el concepto del disco, acá hay un trabajo de voces, instrumentaciones y arreglos muy bien trabajado. Todo esto confluye en una de las buenas producciones de la temporada.