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"Marilyn era una mujer adelantada"

Sola sobre el escenario, la actriz y cantante chilena encarna a Monroe en una obra dirigida por el actor y dramaturgo Alejandro Goic, que combina música, actuación, baile y poesía.

03 de Mayo de 2012 | 20:41 |

No sólo es Marilyn Monroe. En un momento de la obra teatral que presenta en estos días, Carmen Barros es Marilyn Monroe y el escritor Truman Capote a la vez, durante un episodio correspondiente a un diálogo entre Monroe y Capote basado en las crónicas de ese autor. Esa recreación a dos voces es parte del despliegue escénico que esta experimentada actriz y cantante chilena demuestra en "Mi Marilyn Monroe", pieza unipersonal dirigida por Alejandro Goic y aproximación personal a la estrella de Hollywood que Carmen Barros protagoniza desde su estreno en 2010 hasta estos días (ver recuadro).

Monólogo, canto, baile, poesía y proyecciones audiovisuales son parte de los elementos "Mi Marilyn Monroe", el más reciente trabajo de una carrera en la que, a sus 87 años, Carmen Barros ha combinado actuación, dirección teatral, canto lírico, canción popular, jazz, régie de ópera y otros oficios. Iniciada ya en la adolescencia como cantante de radio en los años '40 bajo el nombre de Marianela, ha sido compositora de la pionera obra musical "Esta señorita Trini" del dramaturgo Luis Alberto Heiremans (1958) y protagonista del elenco inicial de "La Pérgola de las Flores" (1960) entre un largo catálogo de discos, obras, películas y producciones de televisión.

Es una trayectoria que además corrió paralela en el tiempo con la del personaje de "Mi Marilyn Monroe". "Cuando Alejandro (Goic) me propuso esta obra, me tranquilizó el hecho de que ella y yo éramos prácticamente de la misma edad: yo soy un año mayor", dice Carmen. "Hay una coincidencia generacional. Cuando ella estaba partiendo yo estaba también empezando en la radio. Cuando se murió, en el '62, yo estaba triunfando con 'La Pérgola de las Flores'".

-¿La música y la actuación también son oficios en común que le permitieron abordar esta obra?
-Sí, la actuación, la música, el baile, el canto, incluso estudié zapateo. Marilyn Monroe fue una mujer sumamente talentosa desde muy niña, pero su entorno no la ayudaba para nada en fomentar este talento. En cambio mi entorno fue todo lo contrario. Nací en un hogar donde todo lo que tenía era amor, de mis padres, de mi hermano. Cuando a los doce o trece años dije "yo voy a ser cantante" nadie se opuso.


-¿En ese tiempo ella no fue necesariamente un modelo o una influencia para ujsted?
-No porque éramos de la misma edad. Mis modelos en esos años eran Judy Garland y sobre todo Deanna Durbin -dice, a propósito de dos precoces estrellas del cine musical de la época, la primera de ellas célebre por la película "El mago de Oz"-. Si Deanna Durbin salía con un vestido yo tenía que tener un vestido igual. Eran ideas de muchachita, de adolescente, y mi madre sobre todo me regaloneaba mucho, en el mejor sentido de la palabra.

-¿Cuál era tu percepción de Marilyn Monroe?
-Mi idea de ella era la de una muchacha muy encantadora, simpática, pero llena de dificultades derivadas de su carácter, de lo difícil de su niñez, de su impuntualidad, que era de lo que se hablaba en esos años. Ella estaba preocupada de su soledad, que es otra cosa terriblemente importante. Creció a patadas, siempre contra ese terrible abandono.
 
En la obra Carmen Barros relata episodios biográficos de la actriz entre arias de ópera de Haendel y Purcell, un soneto de Shakespeare o una cita al libro "Carta a un niño que nunca nació", de Oriana Fallaci, y junto a aspectos políticos como un homenaje al guerrillero Ernesto Che Guevara o la relación entre Monroe y la cantante de jazz Ella Fitzgerald en el contexto de la discriminación racial en EE.UU.

-La obra que me presentó Alejandro estaba hecha a grandes trazos, con todas las piezas dadas, y luego fue encontrando recursos como el del remate de los vestidos -explica la protagonista, a propósito de la subasta de trajes de Marilyn Monroe que figura como columna vertebral de la obra-. Esa idea me pareció fabulosa, porque es un modo de mostrar cómo se te va yendo la vida, simbolizada en esos vestidos que representan lo que ella fue.

-¿Diría que la construcción del personaje fue una creación colectiva con el director?
-No, eso sería mandarme las partes. Diría que Alejandro tuvo un instinto. Él me vio en la calle y me dijo "Tú eres la Marilyn". Bueno, lo sentí como la frase simpática de un muchacho adorable, creer que puedo personificar la vejez de Marilyn Monroe. Pero eran tales sus ganas que me insufló esa vehemencia, y ahí estoy realizando cosas que no me habría atrevido a hacer si no fuera por él. Es exigente y es fascinante.

Actor, director y dramaturgo, Goic ha dirigido a su vez más de treinta obras, entre ellas "Nadie es profeta en su espejo" (1998) y "La mirada oscura" (2000), de Jorge Díaz, y la saga entre "El coordinador" (1992), "El solitario" (1994), "El seductor" (1995), "Un dulce aire canalla" (1995), "El cielo falso" (1996), "El amor intelectual" (1999) y "Ese discreto ego culpable" (2004), de Benjamín Galemiri, además de montajes más recientes como "Sarah" (2007), basado en textos de la dramaturga inglesa Sarah Kane, y de sus actuaciones en las películas "La nana" y "Machuca" y la serie de TV "Volver a mí".

-Había visto "Nadie es profeta en su espejo", "El coordinador" y la obra de Sarah Kane, pero nunca habíamos trabajado juntos -dice la actriz-. Con él empecé a interiorizarme de muchas cosas. Todos esos libros que ves en la mesa sobre el escenario son de Alejandro, que los fue comprando. Te digo que se gastó un dineral, hizo una investigación muy profunda, de fotos, de textos. Ponte tú, lo del Che Guevara puede no ser histórico pero es perfectamente plausible, sobre todo por las inclinaciones políticas de Marilyn. Ella era una mujer adelantada.

-Como cantante, ¿cuánto tuvo usted que ver en la selección de canciones que se escuchan en la obra?
-Ése es un espacio donde puedo yo también puedo entrar. Alejandro no sabía cómo quería comenzar, y le propuse que la primera música de la obra fuera "My heart belongs to daddy". También me dijo "Quiero que busques dos o tres arias de ópera que tengan un tinte de dolor", y escogí una de "Dido y Eneas", de Purcell, y otra de "Rinaldo", de Haendel ("Lascia ch'io pianga", o "Deja que llore"), donde trato de transmitir el dolor, apoyado por el aria de Haendel.

"Mi Marilyn Monroe" fue estrenada en Concepción en noviembre de 2010 y desde entonces ha sido presentada en 2011 en escenarios como los del Teatro Regional del Maule, los Temporales Teatrales de Puerto Montt y la Corporación Cultural de Las Condes, y en 2012 en el festival Teatro a Mil en Santiago, Antofagasta, Alto Hospicio y Pozo Almonte y en el Teatro San Ginés de la capital. Una próxima función está programada también para el 25 de mayo en el Teatro Municipal de Temuco, y la obra ha recibido invitaciones de salas y festivales en Cuba, México y Chicago para los próximos meses.

El montaje fue ganador además del premio Altazor en la categoría de mejor dirección en 2011, y Carmen Barros fue nominada como mejor actriz al mismo premio. "Lo interesante es que es una obra que convoca a público de diferentes edades", dice. "Pudo parecer que iba a ser interesante sólo como un asunto de nostalgia, pero me ha tocado gente muy joven, que se han fascinado con ver a este personaje vivo sobre el escenario".