Andreas Kisser, de Sepultura, durante su presentación en el Rock en Río de Lisboa.
EFE
LISBOA.- El tridente formado por los clásicos rockeros Metallica, Evanescence y Sepultura tomaron hoy el pulso de los devotos del metal en el primer día de conciertos de la quinta edición del festival Rock in Rio de Lisboa.
Convincentes y atronadores, los tres grupos inauguraron la vuelta a la capital portuguesa del festival internacional, uno de los de mayor asistencia en la actualidad y que termina el 3 de junio.
Metallica, como cabeza de la tradicional sesión dedicada al rock pesado, fue el gran imán de masas. Según los organizadores, hubo unos 42.000 asistentes, de los cales 76% sólo acudió para ver al mítico conjunto.
El grupo supo recompensar la fidelidad con cerca de dos horas y media de repaso imparable de sus grandes éxitos de sus once discos de estudio.
Con ya treinta años de metal en sus venas, los fundadores de la banda de Los Ángeles, James Hetfield y Lars Ulrich, aparecieron en un escenario de dos pisos enfundados en chalecos y chupas negros y con su habitual recital de guitarras y percusión sin límites.
La simbólica "Hit the lights", uno de los primeros trabajos compuestos por los creadores de la banda en sus inicios, rememoró sus orígenes y el sonido más Metallica de la década de los '80.
Expuestos sus pilares fundadores, la banda se dejó llevar e interpretó "Master of Puppets", el sencillo que dio nombre al tercer disco de estudio del la banda, uno de los primeros éxitos de ventas.
A mitad del recital, de más de dos horas de duración, llegaron los pesos pesados de los noventa con "The Black Album" como hilo conductor.Con solemnidad clásica, la grave voz de Hetfield y la poderosa batería de Ulrich interpretaron la tenebrosa y dulce "Nothing Else Matters", uno de los himnos aplaudidos y vitoreados de la noche.
Sepultura, la renombrada banda brasileña de Belo Horizonte, proveyó la primera dosis de rock al golpe de la percusión de los franceses Tambours du Bronxde.
Cerca de la medianoche, Evanescence cedió todos su protagonismo a la poderosa voz de Amy Lynn Lee, vestida con un pomposo traje negro con falda de bailarina y botas negras, acorde con el eco oscuro de sus letras.
Los otros escenarios trajeron más rock, bandas noveles y sesiones de electrónica a cargo pinchadiscos como Chase & Status y Lectroluv, entre otros.
Más allá de la programación musical y alrededor del Escenario del Mundo, el principal de los cinco instalados, se alzó la llamada "Ciudad del Rock". El complejo se convirtió este año casi en un parque de diversiones que funciona durante toda la noche.
La fiesta musical termina la próxima semana con tres días de conciertos con los indispensables Lenny Kravitz, Stevie Wonder, Bryan Adams y Bruce Springsteen como principales figuras.