La tercera edad ha pillado bastante bien parado a Deep Purple. Los británicos ya aportaron su granito de arena en concebir y comprender al hard rock y al heavy metal tal como lo conocemos ahora, por lo que a estas alturas, cuando la mayoría de los integrantes ya supera las seis décadas, pedirle al conjunto que vuelva a reescribir las pautas de su propio sonido parece un sin sentido. Y eso es lo que transmite el grupo en los once cortes (doce en una edición especial) que compone su más reciente placa en estudio, Now what?!, con la que de alguna forma siguen demostrando su vigencia a más de cuatro décadas de haber lanzado su primer elepé, Shades of Deep Purple (1968).
De alguna forma, este elepé representa una suerte de bautismo de fuego para el conjunto británico, en especial en esta nueva etapa. Tras la salida del histórico tecladista Jon Lord en 2002, y su muerte en julio de 2012, el escepticismo se apoderó de todo lo que se relacionó con el grupo, aun cuando los históricos Ian Gillian, Roger Glover e Ian Paice siguieran al mando, acompañados de Steve Morse (en las guitarras desde la década del 90) y Don Airey, reemplazante de Lord. Esa sensación —justa o no— de una deriva musical, queda supeditada a la calidad de Now what?!.
Con la historia detrás, el Deep Purple del nuevo milenio se escucha sin remordimientos. Hay atisbos de un sonido mucho más moderno en, por ejemplo, "Weirdistan", en el que aparecen las ambiciones progresivas del grupo. "Out of hand", por otra parte, los muestra con ese rock mucho más duro, también orientado a esa vertiente más progresiva de su discurso. Asimismo, en esta nueva entrega de los británicos hay espacio para repasar sonidos más clásicos, como en el caso de "Hell to pay", en el que aparece una marca registrada del conjunto: el virtuoso sonido del teclado a la usanza del Hammond, y la potencia guitarrera como cimientos esenciales de una canción. De esta misma forma, hay que destacar la entrega vocal de Ian Gillian, que si bien es cierto ya no puede dar esos aullidos de antaño, se ajusta a la perfección a lo que es Deep Purple en la actualidad.
Dicho esto, se podría creer con justa razón que esta versión 2013 de Deep Purple sólo cumple con lo esperado. Es probable, pero lo cierto es que, en parte gracias a la producción de Bob Ezrin, aparece un sonido mucho más actualizado en las mismas armas que el grupo ha utilizado en sus más de cuatro décadas de historia y sucesivas formaciones. Desde el toque más funk en "Body line" a temas mucho más clásicos como "Après vous", se escucha a una banda cómoda con su sitial en la historia del rock y con el aporte que realizó. El Deep Purple de la actualidad sabe que no debe probar nada y ese relajo hace que Now what?! sea un álbum con todo lo que uno puede esperar de los británicos, sin que eso sea un ejercicio de nostalgia inútil.
—Felipe Kraljevich