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Se estrena premiada cinta chilena protagonizada por aficionados y filmada sin seguir el guión

"Las cosas como son", de Fernando Lavanderos, llegará a las salas nacionales el próximo 8 de agosto tras recibir aplausos en festivales internacionales. Su director cuenta cómo fue el particular proceso de producción.

02 de Agosto de 2013 | 13:08 | Por Francisca González C, Emol

SANTIAGO.-   El  cineasta Fernando Lavanderos (“Las vacas vuelan”) se sienta frente a su computador y activa Skype.  En otro punto del mundo, una actriz noruega hace lo mismo para encontrarse con el director chileno y  así actuar para él,  a la distancia.  No hablan el mismo idioma y  jamás se han reunido sin una cámara de por medio, pero la dinámica entre ellos funciona y él termina decidiendo que ella es la musa que necesita su nueva película, “Las cosas como son”.

Así fue como el realizador nacional fichó a Ragni Orsal, la única actriz profesional que participa en la cinta que se estrenará la próxima semana en el país, y que cuenta la historia de una Sanna, una joven noruega que revuelve el mundo del solitario treinteañero que la acoge en una pensión santiaguina, el apático Jerónimo.

La cinta muestra cómo este hombre introvertido se obsesiona con su inquilina extranjera, al punto de revisar sus cosas y fotografiar su diario de vida (escrito en noruego)  para traducir los pasajes en google. Esta sensación lo llevará a aceptar propuestas que antes de conocerla nunca hubiera aprobado.

Lavanderos buscó por varios meses a la persona indicada para dar vida a este último personaje, pero  le costó.  Quería a alguien que pudiera capturar la complejidad del papel que él  creó sin verse forzado, sin  obtener un resultado exagerado. Y  tal como pasó con Orsal, el casting no fue convencional: terminó eligiendo a un amigo que no tenía nexos con el teatro, al fotógrafo Cristobal Palma.  

Lo mismo le ocurrió con el tercer personaje que aparece en la cinta, Milton. El papel de un adolescente en riesgo social que se hace amigo de Sanna, recayó en un joven que Lavanderos conoció en un colegio en el que hacía clases de teatro en Quilicura, Isaac Arriagada.

"Es súper importante esta frescura de los  personajes”, explica el cineasta sobre su método. “La verdad es que yo soy bastante abierto en el sentido que puede actuar una actriz o un actor o una persona que no lo sea y tenga las condiciones. Yo creo que a veces hay muchas personas que tienen el talento de poder interpretar”, apunta sobre la elección de Palma y Arriagada, quienes resultaron ser decisiones acertadas si se considera que la película se llevó varios premios en su recorrido por festivales internacionales, incluido el reconocimiento  a mejor director en un certamen neoyorkino la distinción Independent Camera, del Festival de Cine de Karlovy Vary.

La naturalidad que caracteriza el trabajo de Lavanderos se basa, en gran parte, a que no les entrega un guión a sus protagonistas. Pese a que sí escribió las escenas y diálogos con Rodrigo Ossandón (El señor de la querencia)  y Gonzalo Verdugo (Clarita), nunca se los pasó, pues prefiere que sigan a su modo la esencia de lo que él les plantea.

"La idea es querer capturar la espontaneidad”, dice. “Es lo que hice un poco en ‘Y las vacas vuelan’ llevado mucho más al extremo, porque esa era una idea de dos páginas y se fue improvisando sobre el camino”,  afirma recordando el largometraje con que se hizo conocido hace diez años en el Festival de Valdivia.

La producción debutará en 12 salas de Santiago y también en regiones.

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