Arcade Fire acaa de estrenar su esperado disco ''Reflektor''.
El MercurioLISBOA.- Los canadienses Arcade Fire, que recientemente publicaron su esperado cuarto álbum de estudio, Reflektor, y que encabezarán la próxima edición del festival Lollapalooza que se realizará en Santiago, aseguran ver la música como algo "extremo y descontrolado" que no debe ceder a "la superficialidad".
"El secreto es ver la música como algo que tiene que ser descontrolado, extremo, que no ceda a la superficialidad, pero que cree una atmósfera feliz que sea socialmente integradora", manifestó en entrevista al semanal portugués "Expresso", Richard Reed Parry, multi-instrumentalista de la banda.
Con inspiraciones en el carnaval de Haití, adonde dos de sus miembros, Win Butler y Regine Chassagne viajaron a finales del 2010 —meses después del terrible terremoto que asoló la isla caribeña— Parry resalta la calidad musical del país y lo compara con Brasil.
"Haití es parecido con Brasil. Los dos países tienen una historia negra, repleta de violencia y miseria, pero aún así, crearon la música más eléctrica y feliz que se puede encontrar", juzgó el músico.
La banda de Montreal, liderada por la pareja Butler y Chassagne, cuyos padres son haitianos exiliados en Canadá, recordó algunos momentos de la grabación de Reflektor y la dificultad de aprender los ritmos del país centroamericano.
"Nuestro cuerpo no aguantaba. Tocamos a nuestra manera desde hace 15 años, aunque pensamos que tenemos una mente abierta. Pero cuando nos enfrentamos a aquello y nos pidieron tocar, simplemente no lo conseguíamos, era físicamente imposible", evocó a su vez el baterista Jeremy Gara.
"Soñamos con que aquel país (Haití) vuelva a ser lo que era", asumió Butler, que hace siete meses vio nacer su primer hijo junto a Chassagne.
Los canadienses están considerados como unas de las formaciones referencia en la escena independiente gracias a su atrevida combinación de instrumentos clásicos con ritmos rock.
Funeral, su primer trabajo editado en 2004, sorprendió a la crítica por su sonido exuberante y envolvente cercano al rock sinfónico. En 2007, Neon Bible confirmó el talento de los canadienses, quienes produjeron un disco con una factura aún más multiinstrumental, y en el 2010 firmaron Suburbs, la antesala de su nuevo Reflektor.