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Placebo, a nueve años del fenómeno: "No nos importa si hay cinco o cinco mil personas"

El baterista Steve Forrest adelanta la presentación que la banda británica ofrecerá mañana en Movistar Arena, ya sin la convocatoria de 2005, y establecidos "en un punto medio entre el viejo y el nuevo sonido".

09 de Abril de 2014 | 13:07 | Por Sebastián Cerda, Emol
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Placebo hoy, con Stefan Olsdal, Brian Molko y Steve Forrest en la alineación oficial.

Universal

SANTIAGO.- "La última vez no sabía qué esperar, y ahora sí sé, ahora sé cuan especiales son. Estoy muy emocionado", dice el integrante de una banda de rock próxima a volver a Chile. Así, suelta, la frase suena al más relamido lugar común que un rockero pueda pronunciar, pero tratándose de un integrante de Placebo, uno puede hacer la excepción y decidirse a creerlo.

Pese a que ya es sólo un recuerdo, aún permanece en el historial de nuestros eventos el fenómeno que los británicos protagonizaron en 2005, cuando repletaron dos veces la Estación Mapocho y cuando los seguidores de su música y estética dieron pie prácticamente a una tribu urbana.

Nada de eso vio en directo el baterista Steve Forrest, integrado en 2008 al trío, pero sí lo supo a través de lo que le relataron sus compañeros Brian Molko y Stefan Olsdal. Los resabios de ello, pudo percibirlos por sí mismo recién en 2010, en la tercera y hasta ahora última visita de los hombres de "Pure Morning".

"Sé que el estallido de Placebo en Latinoamérica comenzó en Chile, y la última vez que estuve allí tuve la sensación increíble de experimentar el amor que la gente tiene hacia esta banda. Es una gran cosa ir para allá, y ahora ir de nuevo es algo familiar, estoy de verdad proyectando la situación", cuenta a Emol.

Esa situación es la que llegará mañana, cuando en Movistar Arena el grupo se presente por quinta vez en el país, en el marco de la gira de promoción del álbum Loud like love. Según el baterista, "tocaremos el nuevo disco, y será un concierto muy fuerte", gracias al acento eléctrico de sus últimas entregas, aunque dejando espacios para momentos algo más calmos y para revisitar el sonido más sofisticado de sus inicios en el britpop.

"Creo que la dinámica cambia siempre, y ahora es más rockera, más pesada, que es parte de lo que quisimos hacer en Loud Like Love. Pero además tenemos grooves muy simples y bellos, segmentos de piano muy bonitos. Hay mucho piano en este nuevo disco. Creo que nos establecemos en un punto medio entre el viejo y el nuevo sonido, que se mezclan y crean esta cosa nueva. Y en vivo suena enorme, pero al mismo tiempo delicado, mientras que Brian puede cantar a todo pulmón o ser muy sutil. Tiene un gran rango", dice Forrest proyectando el show.

Para la ocasión, tal como en la última vez, sólo estará habilitada la mitad del recinto de Parque O'Higgins, lo que deja el aforo en un tope cercano a las siete mil personas. Una cifra muy distante a los cerca de 25 mil asistentes que sumaron en 2005, pero que al músico tiene sin cuidado.

"No nos importa si hay cinco o cinco mil personas. Yo amo tocar en vivo, y preferiría 500 personas realmente involucradas, metidas en el concierto, que diez mil personas en lo que sea. La calidad es lo que me importa, no la cantidad", afirma.

Pero lo que sí habrá cambiado respecto de esa última vez, es la situación del propio Forrest, quien arribará ya no como el muchacho que tocó los tambores en el último disco, sino como un integrante plenamente integrado a la dinámica de la banda.

"Los primeros años fueron algo complicados —reconoce el baterista—. Tenía 21 ó 22 años. Ahora es demasiado mejor nuestra relación. Llevamos seis años haciendo todo juntos, de gira, tocando. Las cosas han cambiando, y felizmente para mí han cambiado para bien, me siento en familia".

Esa integración plena le permitió ganar espacios en la composición de Loud like love, hasta donde llegó con su carga histórica y con la que recoge por fuera del trío, donde los proyectos paralelos son algo que gana cada vez más fuerza.

"Siempre hay diferentes proyectos que desarrollamos cuando no estamos juntos, y creo que eso es bueno, es importante, porque te permite aprender más y más de la música, hacer diferentes cosas, que cuando estamos juntos ponemos al servicio del grupo. Siempre estamos floreciendo en otras áreas, no porque no nos guste trabajar entre nosotros, sino porque amamos hacer música, de cualquier forma en que podamos hacerla".

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