SANTIAGO.- El proceso de globalización impactó fuertemente la vida cotidiana de los chilenos y generó profundos cambios culturales en el país, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entregado este miércoles al Presidente de la República, Ricardo Lagos.
El documento, titulado "Nosotros los chilenos: un desafío cultural", concluyó que estos cambios se han presentado en el país de forma "acelerada" y en ellos desempeñaron un papel central las actuales dinámicas de globalización que influyen sobre la sociedad.
Estas transformaciones se hacen presentes en la vida diaria de los chilenos a través de una disminución de la identificación política, un marcado individualismo, un aumento de las capacidades culturales y la influencia de la televisión como fuente fomentadora de la conversación pública, entre otros cambios.
La mayoría de los chilenos considera, por ejemplo, que "cada cual tiene que arreglárselas como pueda, porque la política no sirve de nada" y que "hay que participar en los asuntos de la comunidad pero sin meterse en la política".
El informe, elaborado sobre la base de una encuesta que consideró 3.600 casos, estableció además que la población chilena mejoró en los últimos años sus habilidades para manejar las herramientas de la modernización y cada vez son más las personas que definen por sí mismas sus objetivos, valores y proyectos.
A partir de estos cambios, estableció la investigación del PNUD, la mayoría de los chilenos basan sus conversaciones cotidianas en las informaciones que presentan los noticiarios, los programas periodísticos y las películas que se exhiben en la televisión.
Según el PNUD, las transformaciones sufridas por los chilenos también abarcan su vida privada, donde se concluyó que en los últimos años disminuyeron las desigualdades en el desarrollo humano de hombres y mujeres, con una mayor definición de los roles de género.
En este contexto, la familia se hace cada vez más importante, aunque la mayoría considera que es una institución que está en crisis y es una fuente constante de tensiones y problemas.
La religión es otro de los puntos sobre los cuales los chilenos han variado sus percepciones como consecuencia de la globalización, que en su mayoría señalaron vivir la religiosidad de una forma más personal y con una menor participación activa en las iglesias.
El informe termina invitando a Chile a reflexionar sobre estos cambios y vislumbrar la cultura, entendida como la manera práctica de vivir juntos, como un elemento prominente en la construcción de un país más próspero.