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Cardenal Errázuriz presentó carta pastoral con énfasis en indisolubilidad del matrimonio

El Arzobispo de Santiago plantea, en su segunda carta pastoral "Lo que Dios ha unido", que "lo que está en juego con la nueva legislación (que incluye el divorcio vincular) es nada menos que la misma naturaleza del matrimonio: lo que entendemos por matrimonio y por el bien de los esposos, de los hijos y de las familias".

21 de Junio de 2002 | 13:24 | EMOL
SANTIAGO.- Con la presencia de autoridades eclesiásticas y de matrimonios representativos de las más diversas realidades sociales y pastorales, el Cardenal Arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Javier Errázuriz, dio a conocer este mediodía su Carta Pastoral "Lo que Dios ha Unido", que trata sobre la estabilidad e indisolubilidad del matrimonio.

En la ceremonia –que se efectuó en el Centro de Extensión de la Universidad Católica-, el Cardenal Errázuriz explicó que son tres las razones por las cuales se hace necesario hoy reflexionar sobre la estabilidad e indisolubilidad del matrimonio. Estas son: las dificultades por las que atraviesa un gran número de hogares que no gozan del amor estable que tanto anhelan, el cambio cultural que cuestiona valores de nuestra sociedad, y sobre todo, por la discusión que se está dando en el Congreso Nacional sobre esta materia, donde muchos quieren introducir el divorcio vincular, "acabando así con la indisolubilidad del matrimonio".

La carta pastoral, ilustrada en su portada con un imagen denominada el abrazo de San Joaquín y Santa Ana (padres de la Virgen María), desarrolla una completa tesis sobre por qué es fundamental que se valore y mantenga la cualidad esencial del matrimonio: su indisolubilidad; es decir la unión de un hombre y una mujer para toda la vida.

En este sentido, la carta pastoral hace hincapié en que la indisolubilidad no es una ley extrínseca al matrimonio, sino que se inscribe en el ser mismo de éste, en la naturaleza de la alianza. El Cardenal Errázuriz aclara que "la fe y la tradición de la Iglesia no han agregado nada al matrimonio natural al afirmar que es para toda la vida".

El documento contiene nueve capítulos titulados: "Una encrucijada en el camino", "Una nueva legislación para el matrimonio civil", "La enseñanza de Jesús", "Una verdad asequible a la razón", "Seamos coherentes", "El Matrimonio Cristiano", y "La Familia, fundamento vivo del futuro de Chile". Además incluye una introducción y una conclusión.

En cuanto al objetivo de esta carta, el Cardenal Arzobispo de Santiago expresó que "quisiera dejar en manos de ustedes (los matrimonios y familias) diversas razones por las cuales como Conferencia Episcopal hemos pedido unánime y encarecidamente que se valore una de las cualidades esenciales del matrimonio, la de unir al hombre y a la mujer para toda la vida. Esta es la doctrina de la Iglesia. En efecto, su Magisterio nos enseña que la indisolubilidad es una propiedad esencial del matrimonio ya en el orden natural, y que ella alcanza en el matrimonio cristiano una particular firmeza por razón del sacramento (...) Con esta carta me propongo confiarles la enseñanza de Jesucristo, propuesta una y otra vez a lo largo de los siglos y de los últimos decenios por el Magisterio de la Iglesia".

Planteamientos en el Congreso sobre el divorcio

Sobre los planteamientos que se están dando en el Congreso con respecto al tema del divorcio, el Cardenal Errázuriz afirma que los proyectos de ley que estudia el Senado quieren hacerse cargo de numerosos problemas reales que afectan a los esposos y a los hijos. "Pero una cosa es buscar soluciones legales más adecuadas para estas situaciones particulares, y otra introducir el divorcio, negando la indisolubilidad del matrimonio y estableciendo además que la acción del divorcio es irrenunciable".

Según el Arzobispo de Santiago, "no hay que equivocarse, lo que está en juego con la nueva legislación es nada menos que la misma naturaleza del matrimonio: lo que entendemos por matrimonio y por el bien de los esposos, de los hijos y de las familias, con todas las demoledoras consecuencias que puede entrañar una comprensión equivocada de lo que es la célula básica de la sociedad: la familia".

Monseñor Errázuriz agrega –en su carta pastoral- que "no es necesaria la fe para fundamentar el anhelo del ser humano de vivir en familia (...) o para señalar que la característica decisiva de la alianza matrimonial es la de ser sellada para siempre".

Sostiene que es necesario que a la hora de legislar "se reflexione sobre la naturaleza del pacto conyugal y que se tome en cuenta el mal que ha producido en incontables familias y pueblos la introducción del divorcio".
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