SANTIAGO.- Una avalancha de recuerdos se le desparramó en la cabeza. Esa es la sensación que sintió cuando vio por la televisión el corte comercial que anunciaba el reportaje sobre la pedofilia. Entre las imágenes aparecía Rafael Humberto Maureira Trujillo, alias Zakarach, detenido líder de la banda de pedófilos, su vecino y el que fue durante cuatro años jefe de su grupo scout.
En el pasado habían quedado las imágenes que guardaba del tío Rafael, a quien veía a sus nueve años como a un gallo total, con una chispa especial para encantar a los niños. Ahora que tiene 25 y después de conocer su otra faceta, la de un abusador de menores, dice que lo mira con desprecio y asco.
Prefiere no revelar su identidad.
Oculta su rostro y su nombre a pesar de que gracias a Dios Maurerira nunca le tocó un pelo, pero tiene miedo que el hecho de entregar su testimonio traiga algún tipo de represalias contra él y su familia.
En 1987 se unió al grupo de lobatos que dirigía Maureira. Sus amigos del barrio lo invitaron a integrarse a la manada que tenía como líder a un hombre en ese entonces joven, especialmente amable, soltero que vivía con la madre y el hermano, muy conocedor del scoutismo.
Tenía niños regalones
Cuenta que nada en él le llamaba sospechosa ni particularmente la atención, pero a sus cortos nueve años lograba percatarse de algunos episodios que a la luz de lo que hoy se sabe eran especiales. Ibamos a campamento y lo pasábamos muy bien, pero en lo que siempre me fijaba yo era en que este gallo tenía niños regalones. Por ejemplo, había que ir a comprar pan a un almacén que quedaba varios kilómetros lejos y este tipo se iba con su regalón, caminaban y se demoraban harto.
Niños bonitos, dice que eran estos menores a los que el pedófilo les daba un trato diferente al resto. Eran rubiecitos, de ojos azules, recuerda el joven. Este hombre tenía su propia carpa en la que dormía solo, pero a estos regalones los hacía dormir con él.
Uno de estos pequeños favorito dice, la mamá se lo entregaba así como libremente. Iba a la casa de él y le tenían ene confianza.
Relata que nunca supo qué suerte corrieron estos pequeños. Nadie habló jamás de abusos deshonestos o sexuales. Alguna vez escuché que había pasado algo con alguien, pero realmente no se qué fue.
Los andaba abrazando
Yo tenía una relación súper estrecha con él, explica, pero conmigo nunca pasó nada, nunca me insinuó nada, porque cuando salíamos de campamento mi papá era de los que pedía teléfono, dirección y se mantenía súper preocupado.
Además comenta que él no era de los que aceptaba sus muestras de afecto, a diferencia de otros compañeros. Con los cabros chicos siempre fue cariñoso, los andaba abrazando, los besaba. A mí no me gustaba, me alejaba de él, porque no me parecía correcto.
Otra de las cosas que caraterizaba al pedófilo, según el joven ex scout, era su fanatismo por la fotografía. En un campamento en La Leonera nos fuimos a bañar al río los lobatos hombres, creo que éramos como 20 o 25 y nos bañamos todos piluchos. Este gallo siempre andaba con una cámara de fotos y nos tomó fotos a todos desnudos. Nos hacía posar, y yo me acuerdo que nos parábamos en las rocas piluchos.
Además, era muy popular entre los niños y los padres de ellos porque les prestaba películas pirateadas. Videos de todo tipo, estrenos del momento, en ese tiempo era raro ver eso.
También tenía un Atari en su casa, una consola de juegos que usaba como otra de las excusas para invitar a los menores a pasar tardes enteras con él.
Rechazo hacia los adolescentes
De la buena onda que tenían pasaron a una relación distante que luego terminó. Cuando éramos más grandes cambió su actitud hacia nosotros de manera radical, siempre se iba con los más chicos, recuerda.
Rememora en particular un episodio en el que se dio cuenta de que rechazaba a los adolescentes de 12 años. Fuimos de campamento a Molina, él ya estaba muy despreocupado de nosotros que éramos más grandes. Me dio el Litre, me enfemé del estómago. Me dejó botado por el sector de Las Siete Tazas, porque teníamos que seguir caminando. No nos ayudó, un compañero me fue a dejar a Molina y ahí se cortó la relación.
Sus padres lo encararon y él les pidió disculpas. A partir de este momento se alejaron de Maureira. Dice que poco tiempo después acabó su carrera en el movimiento Scout. Líos de platas y rumores de demandas fue lo que oyó y lo que -piensa- gatillaron la salida de este hombre.
Entraba en la casa primero y tanteaba el terreno
Manejando el furgón que utilizaba como transporte escolar y como vehículo en el que prestaba servicios a la Municipalidad de La Florida lo vio este joven durante los dos últimos años. Yo no lo saludaba, le quité el saludo desde que me dejó botado.
Cuenta que siempre andaba solitario, nunca se le conoció pareja y que el estar rodeado de niños era algo habitual en él. Tengo un amigo que le hablaba y me contó que parece que tenía su propio grupo scout. Como siempre vivía en una casa de ladrillos, con su perro y su madre. Relata que en los últimos días no se ha visto a la mujer, quien parece que se la llevaron al hospital después que lo tomaron preso.
Sobre la estrategia que utilizaba para acercarse a los niños, el joven precisa que entraba en la casa primero, tanteaba el terreno, qué tal eran los papás, si eran preocupados o no. Yo creo que nosotros nos salvamos porque mi papás y mi mamás siempre estuvieron ahí, pegados a nosotros.