SAN FELIPE.- Poniendo término a una dura etapa llena de incertidumbres y angustia para sus familiares, hoy se desarrollaron en el cementerio El Almendral de San Felipe los funerales del asesinado conscripto, Pedro Soto Tapia.
A seis años de su desaparición y muerte, los familiares del recluta pudieron ahora entregar una sepultura digna al malogrado joven.
Al mediodía se realizó una misa en la Iglesia Catedral de San Felipe en memoria de Soto Tapia, a la que asistieron familiares y autoridades locales.
El recluta desapareció el 15 diciembre de 1996 en momentos en que se dirigía a su unidad militar y cuyos restos fueron encontrados tres meses después en un socavón del Cerro La Virgen.
Desde marzo de 1997 hasta el viernes 15 los restos del recluta permanecieron en dependencias del Servicio Médico Legal a la espera de una serie de exámenes que tendían a esclarecer los hechos que rodearon la muerte del joven.
Tras una larga investigación judicial, encabezada por el ministro en visita, Patricio Martínez se puso dar con el paradero de los asesinos del conscripto. Se trata de los ex reclutas, Dagoberto Contreras, Johnny Pérez y Guillermo Saavedra, quienes fueron condenados a 15 años y un día de cárcel por los delitos de secuestro y asesinato.
De acuerdo a los antecedentes del fallo el hecho que motivó el delito fue para ocultar una violación sodomítica de la que habría sido objeto Soto Tapia. Sin embargo y pese a las resoluciones judiciales, los padres del joven -Pedro Soto y Herminia Tapia- no descasarán hasta dar con todos los responsables del delito, puesto que se presume que en el Ejército había antecedentes sobre este asesinato y que eventualmente pudiera haber oficiales vinculados al hecho.
