SANTIAGO.- El ex jefe del gobierno español Felipe González, quien se encuentra de visita en Chile, dijo este jueves que Chile ha librado bien, con una buena imagen y una proyección exterior los problemas actuales, como son el narcotráfico y la corrupción.
"Esos problemas que han sido el flagelo del entorno, a mi juicio (Chile) no los tiene, pero la imagen se puede deteriorar muy seriamente si se empeñan algunos en hacer de esto una comparación con las crisis que hemos vivido en el entorno", afirmó.
González, quien encabezó al Partido Socilista Obrero Español (PSOE) antes de abandonar la dirección de este en 1997, sostuvo que las denuncias de corrupción le afectaron políticamente.
"En aquella etapa hubo una estrategia detrás que perjudicó mi gobierno y la credibilidad de mi país. Si existen tres o cuatro casos reales de gente que se corrompe y eso se exhibe como generalización, se corrompe el debate político y entonces se deterioran las instituciones y el país", sostuvo.
Agregó que "siempre va ha haber gente que tenga la tentación, en todo sistema político. Afortunadamente la democracia puede aflorarlos y corregirlos".
Precisó que tras el término de la investigación siempre resultan personas que son inocentes, pero que en el camino ha sido brutalmente machacada y no recupera su prestigio.
"En los medios se ha producido un fenómeno interesante, que es la frecuencia en que se confunde la libertad para opinar con la mentira", afirmó.
El gobierno de González, que se extendió entre 1982 a 1996, fue foco de acusaciones de corrupción desde 1992, las que sumadas al desgaste político propiciaron la derrota de su colectividad, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en manos del Partido Popular (PP) del actual Presidente, José María Aznar.
Felipe González se reunió con el Presidente Ricardo Lagos, de quien dijo "es un hombre templado, tranquilo y eso es bien importante en momentos de turbulencia internacional y nacional. Es importante que tenga dominio de sí mismo y de la situación y que no contribuya con una actitud de nerviosismo a un proceso que es muy complicado en toda la región".
Según comentó, el difícil momento que viven la mayoría de las naciones de América Latina coincide con una nueva emergencia de las democracias y la desigual distribución de las rentas, "por lo tanto hay una cierta frustración y un debilitamiento de los sistemas democráticos. Es una doble crisis, económica y política".
Sobre el reparto de la riqueza ahondó que "cuando el Estado se retira de la generación directa, esto queda en manos de la iniciativa empresarial. Pero puede conducir a una sociedad con buen reparto del ingreso o con fuerte concentración. Ningún país central (desarrollado) tiene repartos muy desiguales".
González explicó que además se añade una crisis global que es la primera de "la globalización. Los países centrales, Estados Unidos, Japón y Europa, tienen sus economías detenidas y en ese ambiente de crisis regional y global, el sentimiento en América Latina es de marginalidad".
Por ello estima que el poder de Estados Unidos, el único dentro de esta nueva civilización, debe se compensado mediante la construcción europea y otros bloques.
Expresó que sólo China, dentro de 40 años significará algún contrapeso a Estados Unidos, país que el ex mandatario español cree que "ha abandonado el multilateralismo para mucho tiempo y está decidido a hacer una política unilateral. Es un error para ellos mismos, pero es así".