SANTIAGO.- Tres militares chilenos que en noviembre pasado fueron sorprendidos espiando en el consulado argentino en la ciudad de Punta Arenas fueron dados de baja del Ejército, según fuentes oficiales citadas hoy por la prensa.
Un cuarto implicado, miembro de la Fuerza Aérea, fue sancionado con 20 días de arresto lo que, según las fuentes, significará también el fin de su carrera.
Las medidas, correspondientes al sumario administrativo ordenado por la jefatura de la Región Militar Austral, ya fueron aprobadas por la ministra de Defensa, Michelle Bachelet.
La investigación consideró responsables de "grave incumplimiento de deberes militares" al teniente coronel Víctor Hugo Poza, al mayor Rodrigo Acuña Délano y al suboficial Luis Robles Ricus, miembros del del Ejército, y al cabo de la Fuerza Aérea Jaime Espinoza Catalán.
En el caso de Poza, fue llamado a retiro al día siguiente de ocurrido el incidente, el 9 de noviembre de 2003, pero para efectos administrativos, también fue sometido a la investigación sumaria.
Los mismos funcionarios están también procesados por la Justicia Militamilitar austral, general Luis Clavel, confirmó al diario "La Prensa Austral", de Punta Arenas, que desde el punto de vista administrativo el caso está cerrado.
El incidente ocurrió en la mañana del 9 de noviembre pasado, cuando el cónsul argentino adjunto en Punta Arenas, José Andrés Basbús, sorprendió a dos individuos dentro de la sede diplomática.
Los intrusos escaparon, pero dejaron abandonados una cédula de identidad, un permiso para portar armas, chaquetas y otros objetos.
A las pocas horas, el Gobierno chileno anunció la destitución del teniente coronel Víctor Hugo Poza, responsable de Inteligencia de la Región Militar Austral, y aceptó la renuncia del entonces jefe de esa región militar, general Waldo Sauritz Sepúlveda.
El presidente Ricardo Lagos se comunicó también el mismo día con su homólogo argentino, Néstor Kirchner, a quien le informó de las medidas adoptadas.