SANTIAGO.- El Estado deberá indemnizar con 410 millones de pesos a las familias de 26 reos que murieron en un incendio en la cárcel de la ciudad de Iquique, en mayo de 2001.
La jueza del Segundo Juzgado de Letras de Iquique, María Soledad Fernández, resolvió que los reclusos fallecieron por la negligencia de Gendarmería, que no les prestó la ayuda necesaria.
De acuerdo a la sentencia, el monto será repartido entre las familias de los presos, pese a que los tribunales reconocieron que hubo responsabilidad de los mismos reclusos, que provocaron el fuego y colocaron barricadas que dificultaron el combate contra las llamas.
Por otro lado, los hijos de las víctimas están próximos a recibir de parte de la Intendencia de la región de Tarapacá una pensión cercana a 120 mil pesos que se les otorgará hasta los 24 años de edad.
La mayoría de las víctimas eran jóvenes, algunos incluso menores de edad, señalaron en su oportunidad los familiares, quienes atribuyeron el trágico desenlace a la lentitud con que actuó el personal de la Gendarmería.
Las pesquisas permitieron aclarar que hubo un retraso de al menos 30 minutos entre el inicio del incendio y el aviso de emergencia a los bomberos.
La prisión de Iquique, construida para 900 internos, alberga en la actualidad a unos 1.700 presos.
