SANTIAGO.- Un nuevo informe reabre las dudas respecto de la muerte del menor Rodrigo Anfruns Papi, ocurrida en 1979, cuando desapareció de su hogar y 11 días después fue encontrado muerto por la policía de la época.
Según lo determinó el perito forense Luis Ravanal, entre la muerte del menor (de seis años) y el hallazgo de su cuerpo no pudieron pasar más de tres días.
Esto contradice lo determinado por Investigaciones que en esa época aseguró que Anfruns había muerto el primero de los días en que estuvo desaparecido.
El informe de Ravanal es el segundo que el médico cirujano y tanatólogo presenta ante la titular del 17º Juzgado del Crimen de Santiago, Patricia González, quien en julio de 2004 reabrió la investigación.
Fuentes judiciales afirmaron que el nuevo informe podría permitir a la jueza dictar nuevas diligencias tendientes a aclarar la muerte del menor, algunas de ellas que ya fueron solicitadas por la madre de Anfruns, Paola Papi, a través de su abogado Roberto Celedón, según Cooperativa.
El caso
Rodrigo Anfruns desapareció desde la casa de sus abuelos, en la comuna de Providencia, el 3 de junio de 1979.
El caso fue ampliamente cubierto por la prensa de la época ante el temor que se tratara de un secuestro.
Tras realizar numerosos rastreos en las cercanías del hogar, ubicado en Miguel Claro con Sucre, funcionarios policiales encontraron el cuerpo del menor el 14 de junio de 1979, en un sitio eriazo, situado a los pies del hogar de sus abuelos.
A pesar de la tranquilidad de sus padres, siempre existió la duda respecto a cómo se resolvió el hallazgo, puesto que ese lugar ya había sido registrado en varias ocasiones, incluso con la ayuda de perros adiestrados.
Investigaciones sindicó como culpable a un menor de 16 años identificado como P.P.V., quien confesó el crimen.
El juez Ricardo Gálvez, a cargo del caso, cerró la investigación, aunque luego afloraron muchas dudas respecto a la verdad de los hechos.
Esas dudas, sumadas a la versión del ex carabinero Jorge Rodríguez, quien aseguró que el cadáver del menor fue llevado deliberadamente por "oficiales de Investigaciones" al sitio eriazo donde fue encontrado, motivaron a Papi a interponer la querella que reabrió la investigación.
Según la tesis de la familia, el pequeño habría muerto en otro lugar, algunos días antes, tras ser secuestrado y torturado por efectivos policiales del régimen militar, lo que configura los ilícitos de lesa humanidad.
