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Ex scout revela el paso a paso del tortuoso ritual de iniciación

El "elegido" sólo recibe golpes en la parte de abajo del cuerpo, para que la gente no se dé cuenta de las heridas. "Te dejan hecho pedazos", dijo un ex alumno de los Sagrados Corazones de Viña del Mar.

16 de Enero de 2010 | 12:50 | Por Renata Robbio, Emol

SANTIAGO.- Lo que parecía ser un mito, cada día se va transformando en una escabrosa realidad. El brutal rito de scout al que fue sometido el joven Juan Andrés Bagnara, quien se encuentra con riesgo vital, no fue un hecho aislado, sino una "tradición" que se ha mantenido en secreto durante décadas.


El ex alumno del Colegio Sagrados Corazones de Viña del Mar (SS.CC) y también ex scout del grupo Stella Maris -al que pertenece Bagnara-, Patricio Zañartu, relató a Emol que también fue sometido a la ceremonia de iniciación, conocida como "totemización", sin embargo, sólo aguantó durante media hora los golpes y vejámenes que deben soportar los "elegidos".


"El tema siempre ha sido tabú. Como son ritos que vienen de generación en generación, sientes que no eres nadie para poder hablarlo, de hecho es muy incómodo comentarlo y sólo los que logran ser totemizados pueden hablarlo entre ellos", señaló.


Zañartu indicó que su totemización fue de noche, y que mientras lo llevaban semidesnudo, con los brazos amarrados, la cara tapada y tirado por una cuerda, le preguntaban en un lenguaje indígena, si quería formar parte del ritual.


"Hay toda una violencia psicológica, siendo que son tus amigos. En un minuto te pasan un cuchillo y si lo entierras en una madera, quiere decir que estás dispuesto a continuar y te siguen pegando. Yo aguanté tres instancias, hasta que dije no más", recordó.


Al otro día, las heridas que provocan los varillazos y las patadas sólo las recuerda el totemizado, ya que los demás, nunca más hablan del tema: "después te saludan como si nada, pese a que tienes la espalda hecha pedazos".


De hecho, al "elegido" que pasó las pruebas, el grupo tiende a protegerlo y encubrirlo para que nadie vea las heridas y por lo general, después del campamento no vuelven directamente a sus casas.


"(Por eso) no te pegan en la cara, pero la parte de abajo del cuerpo, lo que no es visible, queda destrozado", añadió.


Según Zañartu, el ritual es un "premio" para todos quienes han participado desde niños en la rama de scout del colegio, pues aseguró que cuando eres chico miras a los totemizados como si fueran ídolos.


"Si no aceptas ser parte de esto, te sientes marginado porque después vas a los campamentos y hay un minuto en que (los totemizados) empiezan a desaparecer y uno queda un poco solo", afirmó Zañartu.


Asimismo, recalcó que el nivel de violencia que se emplea en el ritual es muy alto y es el mismo para todos, lo que quedó en evidencia con el caso de Bagnara.


"A mí no me consta que a Juan Andrés le haya tocado más fuerte que al resto, lo que pasa es que hay algunos que resisten más que otros (...). Yo sólo aguanté media hora y al día siguiente, mi espalda era una costra, y eso que después venían etapas más violentas", dijo Zañartu.


Además, comentó que al momento del ritual, se supone que uno de los encargados de dirigirlo tiene el control de la situación. "Pero siempre sospeché que no era así, que al final se les saldría de las manos y lo de Juan Andrés me dio la razón", afirmó.


El ex presidente del centro de alumnos de los SS.CC, Gonzalo Gálvez (generación 97), contó que tiene varios amigos que pertenecieron al grupo de scout, pero que nunca le comentaron algo acerca de la totemización.


"Nunca tuve conocimiento de eso porque parece que sólo se manejaba al interior de la tropa. Puede ser una tradición bien centenaria, pero se mantenía en secreto", señaló Gálvez.


Según Zañartu sólo hace poco tiempo, hubo un grupo de ex scout que quiso revelar la situación para que no siguieran practicando el rito. "Lamentablemente todo quedó en nada", expresó.

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