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A niña que dio alerta de tsunami en Juan Fernández le gustaría tener apoyo sicológico

"Quedé súper traumada. Cuando estoy en la calle ando pendiente del mar", confesó a Emol.

09 de Abril de 2010 | 10:40 | Por Francisco Águila, enviado especial a Juan Fernández
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La niña, de 12 años, asegura que ahora le ha ''tomado el peso a las cosas'' y le gustaría ir a un sicólogo.

Francisco Águila, Emol.

ARCHIPIÉLAGO JUAN FERNÁNDEZ.- "No me gusta recordar mucho lo que sentí porque me pongo a llorar y me viene toda la crisis", es lo primero que dice a Emol Martina Maturana Gálvez, la niña de 12 años que tras el maremoto que azotó a la costa del archipiélago Juan Fernández se hizo conocida en todo el país.


Fue ella quien, al tocar el gong ubicado en la plaza de la isla Robinson Crusoe, salvó a varios de los vecinos que se encontraban durmiendo cuando llegó el tsunami.


"Al principio lo contaba tranquila y todo, pero ahora cuando me doy cuenta de lo que realmente ocurrió, le he dicho a un tío que me gustaría ir a un sicólogo. Ahora le he tomado el peso a las cosas y me dan ganas de llorar y todo. Quedé súper traumada. Cuando estoy en la calle ando pendiente del mar", confiesa mirando nerviosa hacia la playa.


La adolescente, acompañada en todo momento por su madre Millene, admite que los días posteriores al 27 de febrero han sido complicados para ella y su familia.


"Estos días han sido difíciles, porque estamos viviendo en otra casa. Me siento incómoda, porque estamos en una pieza que mi papá tuvo que agrandar. Ahora cada uno duerme en una cama de una plaza. Hemos tratado de recuperar nuestras cosas, nos ha llegado bastante ayuda igual, pero a veces la que llega no es del gusto mío o no me siento cómoda", comenta sonriendo, entre los escombros de las casas que dejaron las tres olas que golpearon la orilla de la isla.


Acerca del momento que la hizo famosa, recuerda que esa madrugada su abuelo llamó a su casa para avisar que había ocurrido un terremoto en Valparaíso y les pidió que se comunicaran con sus familiares en la zona.


"Luego pasaron entre ocho y diez minutos. De ahí cuando salimos arrancando con mi papá, él me dijo que tocara el gong. Él venía detrás. Todo fue en medio minuto y mi papá me gritó que subiera y él luego tocó el gong y huimos al cerro, donde estaba mi mamá con mi hermana menor", relata.


Días después varios vecinos le agradecieron el haberlos despertado con sus golpes en el único sistema de alerta que tiene la isla contra los tsunamis.


"Mis amigos me dicen que estoy cambiada, pero ellos no entienden lo que yo estoy pasando. A lo mejor me están llamando de la tele y todo, pero ellos no entienden cuando me vienen esas ganas de llorar, con todo lo que pasó. ¿Sabes? Sí estoy cambiada porque con lo que viví, cualquier persona cambia.  Pero hoy aprecio mucho mi vida, creo que hoy tomo las cosas más en serio", agrega.


La joven, que el 22 de abril ingresará a 7º básico en el colegio que trasladó la barcaza "Valdivia" de la Armada, revela que lo ocurrido también afectó para bien la relación de sus padres: "Ellos están más unidos. A lo mejor antes teníamos problemas, pero ahora decimos 'ya chao con eso'. Tenemos que tirar para adelante. Dios nos está dando una nueva oportunidad para volver a construir nuestra familia".

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