Camilo Taufic, al centro de la fotografía, tiene una tesis respecto a lo sucedido en La Moneda con el Presidente Salvador Allende.
Paulina Latorre, El Mercurio.SANTIAGO.- El Presidente Salvador Allende se disparó en la cabeza con una pistola el 11 de septiembre de 1973 en el Palacio de La Moneda durante el golpe de Estado, pero quedó malherido y uno de sus escoltas debió darle el tiro de gracia, según sostiene el escritor y periodista Camilo Taufic.
El autor presentó, en una entrevista con agencia EFE, los resultados de la investigación que ha realizado en los últimos años y que concluye con la tesis de que la muerte del ex Mandatario chileno fue un "suicidio asistido".
El encargado de rematar a Allende, según las indagaciones de Taufic, fue Enrique Huerta, intendente de palacio y miembro de la guardia personal del Presidente, los llamados Grupo de Amigos Personales (GAP) en un "acto de solidaridad humana y política".
Esta versión de los últimos momentos del presidente de la Unidad Popular (UP) difiere de la más difundida hasta ahora, aceptada incluso por la familia, que sostiene que Allende se mató disparándose en la barbilla con un fusil de asalto AK-47 que le había regalado Fidel Castro.
La hipótesis se da a conocer justo cuando la justicia abrió una causa penal por la muerte del ex Mandatario que es liderada por el ministro en visita Mario Carroza.
Para Taufic, esta explicación obedece a un plan ideado por los militares golpistas para hacer aparecer a Allende "empuñando un arma rusa, regalada por un jefe de Estado comunista, con la cual se dispararía en defensa de su Gobierno, ligando el fracaso de la vía pacífica y la vía armada al socialismo".
El general Javier Palacios, presentado como el uniformado que comandó al asalto a La Moneda, convenció al grupo de médicos que acompañaba al ex Mandatario para presentar su muerte como un suicidio sin ningún tipo de asistencia, a condición de que corroboraran que el arma usada fue el fusil regalado por Fidel Castro.
"Palacios los convenció de que era más decoroso y digno para la historia que todos dijeran que se suicidó con la metralleta de Fidel Castro", sostiene Taufic, quien asegura además que el general no dirigió el asalto al palacio presidencial, sino que llegó allí más tarde para "arreglar la presentación" de la muerte de Allende.