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Buscan convertir a Chile en uno de los referentes para "calibrar" satélites desde el espacio

Aumentan las iniciativas exploradas desde nuestro país para insertarse en ese ámbito estratégico cuya importancia crece para el desarrollo nacional.

22 de Junio de 2014 | 10:30 | Emol
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GOE FACh

SANTIAGO.- La posición estratégica de Chile, una suerte de extensa "flecha" que apunta al Polo Sur, vuelve a nuestro territorio atractivo para los ojos que miran desde el espacio. Así lo evidencian proyectos que podrían convertir al país en un referente clave para la operación y la captación de información desde los satélites, que posee crecientes aplicaciones.

Una iniciativa en esta línea procura usar "parches" del territorio chileno para calibrar los sensores de los satélites y así potenciar su precisión y capacidad. Hasta ahora se utilizan con ese fin zonas ubicadas en Estados Unidos, África (como el Sahara) y el océano Índico.

"Uno de los desafíos que hay a nivel mundial es contar con sitios distribuidos en la superficie del planeta que estén validados para poder calibrar los sensores satelitales", explica el comandante Cristián Stuardo, jefe de Plana Mayor y Comunicaciones del Grupo de Operaciones Espaciales de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), unidad encargada de operar el satélite nacional Fasat-Charlie.

Dicho desafío tiene que ver con que en la observación del espacio, al revés de lo que indica el dicho popular, la imagen por sí sola no vale mil palabras. Para muchas aplicaciones lo que más importa es la información que no se ve a ojo desnudo y que corresponde a las bandas fuera del espectro visual -infrarrojo y ultravioleta- (ver infografía más abajo).

"No hay que pensar en una mera ‘foto’. Son imágenes multiespectrales que tienen distintas bandas, desde al menos tres y hasta las hiperespectrales, que tienen cientos de ellas, entre visibles e invisibles" al ojo humano, explica Sofía Nilo, coordinadora de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Coordinación de Información Territorial, encuadrada en el Ministerio de Bienes Nacionales.

Dicho organismo estatal se encarga de difundir el uso de esta herramienta en los ámbitos público y privado en el país.

"La importancia de estos productos satelitales es el valor agregado que se les puede extraer. Para cualquier persona pueden verse como fotos desde el espacio que son bonitas, pero su verdadero valor es el que puede extraerles un especialista", precisa.

La información multiespectral tiene que ser analizada mediante programas computacionales especializados para que pueda ser útil. En la elaboración de esos softwares, de alto costo y que hoy deben ser adquiridos en el extranjero, también surge una posibilidad para su elaboración en Chile a cargo de expertos locales.

Alto valor de datos "invisibles"

Mediante la percepción remota, la información "invisible" captada por el satélite permite, por ejemplo, desarrollar lo que se conoce como agricultura de precisión, especialidad "que está entrando fuerte en Chile", indica Roberto Benites, geógrafo de la empresa privada chilena GESecology.

Así, desde un satélite se puede captar un viñedo de cientos de hectáreas y determinar qué vides necesitan más riego y nutrientes, por ejemplo.

"Esto funciona sobre la base de la imagen satelital", describe. "Se extraen las bandas que se relacionan con el comportamiento de las plantas para descubrir cuáles tienen mayor estrés hídrico (falta de agua) o mejor vigor. Entonces el cultivador puede planificar su toma de decisiones con gran precisión", añade.

El trabajo sobre estos datos es "cuantitativo", es decir, se realiza mediante análisis estadísticos mediante softwares especiales y con una fuerte base matemática. Por ejemplo, en el infrarrojo cercano se selecciona una banda que muestra variaciones si la planta está más “seca” –recibe menos agua-, y se compara con otra banda de base.

El análisis matemático y estadístico de la imagen permite situar con precisión de metros o incluso centímetros las zonas que necesitan mayor riego.


El agro no es la única área "invadida" por los satélites. Las aplicaciones incluyen desde la protección del medio ambiente a la fiscalización tributaria -área explorada en Argentina, entre otros países-, la salud -prevención de enfermedades contagiosas- y el monitoreo de los efectos del cambio climático, entre muchos otros.


Para hacer más precisa esa captación son necesarios sitios sobre la Tierra que sirvan para "homologar" los patrones con los que distintas superficies (rocas, terrenos, vegetación o hielos) reflejan la radiación solar en cada banda: algo así como "poner de acuerdo" a los satélites y a los software.

"Los sensores que van a bordo de los satélites son siempre calibrados en laboratorio, pero ya en órbita existen factores como las variaciones en la atmósfera, el efecto del viento solar sobre los instrumentos y otros. Siempre es necesario encontrar una relación entre lo que está 'viendo' el satélite y lo que está captando a nivel de superficie", explica Cristián Mattar, director del Laboratorio para el Análisis de la Biosfera de la Universidad de Chile.

Así, "mediante una cantidad de algoritmos físicos se puede corregir el efecto de la atmósfera y otros", añade. También permite enmendar errores radiométricos y físicos en la detección.

Este organismo de la U. de Chile trabaja junto a la FACh, empleando para ello las capacidades del satélite nacional Fasat-Charlie, con el fin de definir uno de estos puntos de control en territorio nacional.

El laboratorio realizó previamente una calibración absoluta en un terreno situado en el campus Antumapu de la Universidad de Chile. El resultado fue recogido este año en prestigiosas publicaciones científicas dedicadas a la teledetección.

Actualmente se trabaja en la definición de una fracción de territorio al sur del desierto de Atacama que podría transformarse en el primer "validador" satelital en territorio chileno.

El comandante Stuardo apunta que Chile "es un lugar privilegiado" para este fin, "por las condiciones únicas de luminosidad y ausencia de cobertura nubosa en el norte. También es un país de contrastes geográficos" que ofrece enorme variedad de superficies de control.

"Estamos brindando apoyo para que esta iniciativa tenga éxito y ese sitio se reconozca a nivel internacional, con el fin que todos los satélites que pasen sobre territorio nacional usen ese sitio para calibrar sus sensores", añade el oficial de la FACh. "Esto le daría al país una 'visibilidad' importante desde el punto de vista de la actividad espacial", enfatiza.

Este no es el único aspecto que aumenta la “visibilidad” de Chile desde el espacio.  La posición geográfica del extremo sur del país es un punto clave para el monitoreo de satélites de órbita polar.

"Del ecuador hacia abajo no hay muchas estaciones, y Punta Arenas es un lugar privilegiado porque sobre esa zona convergen muchas órbitas de satélites, por lo que la el tiempo de conexión con ingenios espaciales de órbitas bajas es muy alta", indica Stuardo.

Además, la ciudad cuenta con soporte logístico y tecnológico, como fibra óptica y otros, lo que facilita erigir instalaciones sofisticadas para rastrear estos aparatos.

De hecho, el grupo internacional SSC, con base en Suecia, instala en esa zona un patio de antenas para prestar servicios internacionales de seguimiento de satélites similar a otro que opera en Peldehue, en la Región Metropolitana.

Imágenes multiespectrales desde el espacio

 
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