LONDRES.- Nuevas investigaciones suscitan esperanzas de que los médicos puedan en el futuro utilizar trasplantes de médula ósea para curar enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoidea, la esclerosis múltiple y el lupus.
Algunos pocos pacientes con ese tipo de enfermedades -en las cuales el sistema inmunológico se desboca y ataca el organismo- ya han recibido inyecciones de sus propias células sanguíneas inmaduras, o indiferenciadas, llamadas células troncales.
Los resultados han sido promisorios, ya que algunos permanecen en remisión, pero la observación de los pacientes no ha sido muy prolongada.
Un estudio preliminar de siete personas muy enfermas con lupus sistémico, de las que informa esta semana la revista médica Lancet, halló que las células trasplantadas parecían haber dominado las células inmunológicas rebeldes en todos los pacientes y reparado los daños a órganos que antes se consideraban irreversibles.
Todavía no se puede determinar si la terapia los ha curado de la enfermedad potencialmente fatal, pero todos los pacientes se encuentran saludables unos tres años después de recibir el tratamiento, dijeron los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Northwestern.
"Éste es el mejor informe que he oído hasta ahora, y luce muy prometedor para esas enfermedades autoinmunes que tienen peligro mortal o que requieren tratamiento oneroso", dijo el Dr. Noel Rose, investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad John Hopkins.
Los expertos dicen que los trasplantes de médula ósea conllevan elevado riesgo de infecciones mortíferas y que por lo tanto sólo deben utilizarse como último recurso para quienes no han reaccionado a los demás tratamientos.
Las células troncales, células indiferenciadas que pueden convertirse en cualquier tipo de célula en el organismo, están almacenadas en distintos órganos y se desarrollan como el tipo de células que necesitan dichos órganos.