CABO CAÑAVERAL.- Una astronauta, armada de un brazo robótico de 15 metros, sacó el domingo al Telescopio Espacial Hubble de su órbita y lo fijó al transbordador Columbia para someterlo a reparaciones orientadas a hacerlo 10 veces más potente.
La operación fue el clímax de un día que comenzó con buenas noticias desde el Centro de Control de Misiones para los astronautas, quienes se enteraron de que un problema mecánico en el transbordador no arruinaría su misión de 11 días incluso antes de que llegaran al Hubble.
El comandante del transbordador, Scott Altman, y el piloto Duane Cary afinaron su órbita y redujeron su velocidad para acercarse lentamente al Hubble, mientras tanto el transbordador como el observatorio giraban alrededor de la Tierra a ocho kilómetros por segundo.
La tarea de atrapar al Hubble con el brazo robótico recayó sobre la astronauta Nancy Currie, quien trabajó desde la cabina de mando del transbordador.
Currie, piloto e instructora de vuelo de helicópteros del Ejército de Estados Unidos, es una experta en el manejo del brazo robótico de fabricación canadiense, y la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha recurrido a ella para dos de sus tareas más importantes.
En su vuelo anterior, estuvo a cargo de unir los dos primeros módulos de la Estación Espacial Internacional. Manipular el Hubble, la joya de la corona de satélites científicos de la NASA, era considerado igualmente significativo.
"Houston, tenemos al Hubble en nuestro brazo", dijo Altman por radio al Centro de Control, una vez Currie atrapó al observatorio de cuatro pisos de altura.
Un intenso programa
La NASA dio a la tripulación luz verde el sábado para completar su misión, tras estudiar un problema en el sistema de enfriamiento, clave para su reingreso a la atmósfera de la Tierra.
La tripulación comenzará el lunes un intenso programa de cinco caminatas espaciales en cinco días por equipos de astronautas alternos, que instalarán nuevos paneles de energía solar más poderosos.
Los astronautas agregarán una nueva unidad de control de energía y una nueva cámara de reproducción de imagen, además de reemplazar partes de una cámara infrarrojo que dejó de funcionar hace tiempo.
La NASA ha dicho que las caminatas son unas de las misiones más difíciles que haya intentado una tripulación de astronautas.
Pero la tercera caminata, programada para el miércoles, es la que realmente hará que los científicos se coman las uñas, ya que la NASA cortará la electricidad del Hubble, algo que no se suponía que ocurriera jamás en órbita, con la esperanza de que los controladores en tierra puedan luego devolver la vida al satélite de 12 años.
Mientras el Hubble esté dormido, los astronautas tratarán de desconectar decenas de acoplamientos que envían electricidad a través de todo el satélite.
La unidad vieja, que ha operado por años a aproximadamente dos tercios de su capacidad, fue diseñada como un componente permanente y no se suponía que los astronautas la tocaran.
La nueva unidad y los paneles solares suministrarán energía suficiente para que todos los instrumentos científicos del Hubble sean operados al mismo tiempo, haciendo posibles múltiples observaciones de un sólo objetivo, dijo la NASA.