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La presión, el gran enemigo

Si algo incomoda al fútbol chileno es la marca. Salir del fondo y armar un contraataque es la gran asignatura para esta noche ante Argentina.

29 de Marzo de 2000 | 09:43 | Danilo Díaz N., enviado especial El Mercurio
En los partidos de eliminatorias las especulaciones suelen marcar la pauta de la discusión previa. Argentina recibirá a Chile y de seguro buscará liquidar el compromiso desde el arranque. En Buenos Aires, los medios y analistas sostienen que la mayor dificultad del cuadro albiceleste radica en el escaso tiempo que dispuso el entrenador Marcelo Bielsa para afinar este duelo que en su futuro es vital. Perder o empatar sería algo más que una tragedia en este país que respira fútbol por los cuatro costados.

Conociendo los esquemas y equipos de Bielsa, no es aventurado pensar que el rosarino enviará a sus jugadores a instalarse lejos de su área, ojalá en el campo visitante para provocar el error.

"Tendremos una cancha muy pequeña en el ataque y una muy grande en la defensa", comentó el seleccionador argentino, graficando el dibujo táctico que ambas escuadras exhibirán en la cancha de Núñez .

La impresión inicial es que Chile, si aspira a salir con puntos del Monumental, debe quebrar el pressing que imprimirá el conjunto local. Vértigo, ida y vuelta, marca asfixiante no debieran extrañar en la receta local. Desde la mitad del campo Diego Simeone buscará empujar a los rojos hasta el marco de Nelson Tapia.

El cuerpo técnico lo tiene claro y por eso apostó por un mediocampo de mejor manejo. Rodrigo Tello garantiza el balón bien jugado y salida larga con pelotazos cruzados. Patricio Ormazábal y Clarence Acuña no son Clodoaldo, pero tampoco la entregan "cuadrada".

La segunda interrogante es ver si Chile es capaz de ganar el duelo que se producirá en los costados. Argentina se moverá en la derecha con Javier Zanetti y Ariel Ortega; en la izquierda con Cristian González y Gustavo López (el otro que podría jugar en su lugar es Claudio López). Ormazábal y Claudio Maldonado deberán contrarrestar el despliegue de una dupla que puede ser un dolor de cabeza por su persistencia y continuidad. En la otra franja, Tello y Pablo Contreras deben anular la potencia de Zanetti y los quiebres de cintura de Ortega. El Burrito ya amargó una tarde a la Roja (la derrota en el Estadio Nacional por 2 a 1 en las eliminatorias pasadas).

Otra pregunta clave es cómo reaccionan a un desafío de esta envergadura los cinco seleccionados Sub 23 que Acosta enviará al campo. En Londrina respondieron, pero las clasificatorias son distintas. El apoyo de seis mundialistas es un aval en la cancha.

Las pequeñas sociedades son otro factor para el análisis. David Pizarro será el encargado de activar los circuitos futbolísticos. El pequeño volante debe sintonizar con los puntas, habilitar con certeza a Iván Zamorano y Marcelo Salas, pero, fundamentalmente en el instante preciso. Roberto Ayala, el líbero rival, no destaca por su ubicación. En la misma línea, el trabajo de los medios de recuperación es determinante. Subir con equilibrio es fundamental. Acuña tiene un rol preponderante. Si pierde la posición la estructura puede naufragar. Impedir que Juan Sebastián Verón juegue con libertad es la misión del rancagüino. Si logra contrarrestar al calvo volante de Lazio, el rival quedará quebrado. Y si algo importa a Marcelo Bielsa es que sus equipos no queden estirados en 50 metros.

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